German, un amigo, me comenta, sentados a la mesa del comedor;
mirando en su celular una foto de los últimos tres generales arrestados dice:
– Yo se que te lo he preguntado varias veces, pero por favor, explícame:
¿que fue lo que le pasó a esta gente?
¿Cuando enloquecieron?
Se interroga genuinamente sorprendido, sin respuesta. Tras una pausa, concluye:
¿Cómo fue que esta gente perdió el contacto con la realidad?
-Ellos no perdieron el contacto con la realidad – respondo con firmeza- Ellos estaban en la realidad, era su realidad, la del momento, la que ellos veían en su entorno, todo el mundo haciendo fortuna, todo el mundo “echando p’alante”. Nadie quería quedarse atrás, ni estar detrás del último;
German me mira sorprendido, algo incrédulo.
-Ellos perdieron el contacto con la historia no con la realidad. Creyeron que la realidad que vivían ellos y la que se vivía a su alrededor era eterna. Ahí fue donde se equivocaron.
Ahh y otra cosa – añado- la velocidad de su enriquecimiento, los volúmenes, los montos, los procedimientos, los empujaron a todos ellos y muchas de sus esposas, queridas, hijos y parientes íntimos a despeñarse por ahí. Hago una breve pausa y añado:
-Cualquier cosa era permitida menos quedarse atrás.