Nueva York.–George W. Bush y Vicente Fox se reunieron cinco veces en ocho meses para discutir la reforma migratoria, entonces prioridad nacional mexico-estadounidense.
Con el 9-11 la nueva prioridad fue seguridad interna y "protección fronteriza", aunque los pilotos suicidas no entraron por la frontera ni eran "immigrantes" sino "estudiantes extranjeros".
En el 2008 había 12 millones de indocumentados, Barack Obama deportó un millón, y otra vez la "reforma migratoria" es prioridad nacional. Ahora viene el bombardeo de Boston, seguido por armas químicas y biológicas enviadas por correos a la Casa Blanca y el Senado, como ocurrió después del 9-11.
Boston puede ser más desvastador para la reforma migratoria que el 9-11, los sospechosos son inmigrantes.
La "reforma migratoria" naufragaría por razones de aritmética electoral y control nacional. Veamos, como diría William Blake, "el universo en un grano de arena". Mi caso explica muchos, emigré con tres niñas, aquí tuve otra; en 20 años éste inmigrante genera cinco votos.
Si los 11 millones de indocumentados mantenen ese ritmo, en 20 años generarán 55 millones de votos. Añádales los 24 millones de votantes latinos de hoy, seremos 79 de los 150 millones de votantes estadounidenses. Sin alianzas elegiremos el presidente, tomando el control político de la nación.
El orden de las palabras en el título de la "reforma migratoria" revela sus prioridades y objetivos. Se titula Acta de "Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica y Modernización de la Inmigración".
Lo ultimo es migración. Las "Oportunidades Económicas" estabilizarán el Mercado laboral ingresando en multas y cargos unos $2,000 por 11 millones de indocumentados, totalizando $22,000 millones. E invertirán $6.500 millones en "Seguridad Fronteriza".
Si la "reforma migratoria" de Obama solo ofrece permisos de trabajo con entrada y salida, se reducirá a una copia vulgar del programa de braceros de Bush. Eso sería lamentable.