Conforme al decir del pueblo llano, el candidato Presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) está causando mucha preocupación en el seno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Dicha preocupación está justificada, por la vitalidad, fortaleza, empuje, esperanza, juventud y visión.  Pero sobre todo, porque su candidato, el Lic. Luis Abinader no tiene ninguna tasa de rechazo, y ungido por una convención, que ha llamado positivamente la atención de sus seguidores y contrarios, tiene todo el potencial para alcanzar el poder en el 2016.

Luis Abinader está trazando un camino muy positivo en sus esfuerzos por aglutinar la oposición política en contra del PLD, con un mensaje propositivo y ético para detener las conductas corruptas y contrarias a la moral de un pueblo que debe superar su pobreza material utilizando sus mejores recursos humanos, espirituales y el potencial de sus recursos naturales así como la ventaja que ofrece la ubicación político-geográfica del país.

Sin embargo, para atraer el caudal de votos que superen las mañas más conocidas y puesta en práctica por el PLD -clientelismo, compra de cédulas, voluntades, dirigentes de oposición, uso de la fuerza militar, policial y de los recursos del Estado- es necesario y urgente, apelar al voto de la masa silente que sufre el modelo socio-económico actual, pagando impuestos para enriquecer más a los funcionarios y dirigentes del partido.

Es necesario y urgente apelar al apoyo de los conservadores que han sido cautivados con un discurso cargado de “erudición falaz” del Expresidente Leonel Fernández, para una audiencia que no sabe “conceptualizar”. También es necesario y urgente conquistar el apoyo de los votantes pobres, quienes reciben como limosna con la tarjeta de solidaridad, lo que le corresponde por derecho y respeto a su dignidad.

Es necesario y urgente cambiar la composición de la Junta Central Electoral (JCE) y el Tribunal Superior Electoral (TSE), para que tenga una composición equilibrada, apegada a lo legal, creíble y justo; es urgente que se enseñe a la población en general, a reconocer los verdaderos símbolos del PRM para votar por su candidato.

Además, es necesario y urgente que se revise el padrón de la JCE, pues cualquier votante que tengan la piel similar a la del Dr. José Francisco Peña Gómez, podrían ser excluidos, dislocados o dirán que su “cédula” no es legal. También, se debe asegurar que los observadores internacionales para las elecciones del 2016, no sean escogidos por el gobierno solamente y a último minuto.

Finalmente, de no atenderse estos temas, todas nuestras preocupaciones, a saber: la corrupción, la impunidad, la criminalidad, el narcotráfico, el clientelismo, nepotismo, excesivo endeudamiento externo, pérdida de nuestros valores, carencias y deficiencias en los servicios de salud, educación, energía eléctrica, seguridad ciudadana y la fe en el futuro de las presentes y venideras generaciones, seguirán prevaleciendo en la sociedad dominicana y, a expensa de una dictadura donde, donde finalmente perderemos nuestros derechos y libertades fundamentales.