El insólito que este país, el de más recursos en todo el Caribe, viva de espaldas a las pequeñas Antillas, un reguero de islas que tienen que importar hasta tierra para su agricultura, que aquí abunda; que importan, generalmente desde muy lejos, gran parte de los alimentos que consumen, que aquí los tenemos; que importan tecnología y servicios de los que aquí disponemos, y hasta el agua potable que su gente consume. Y este país, verdadero continente caribeño, ve hacia allá hasta con cierto desdén. Por eso sería bueno saber si algún futuro gobernante incluye en sus planes de política exterior este importante reto de mercado.