En vista de los hechos, sugiero al Episcopado que disponga las siguientes medidas preventivas: 1) Prohibir que los curas tengan condones y/o anticonceptivos para el día después en las sacristías; 2) Que cuando vayan a tomar la confesión de una mujer de buen ver, en vez de “dime, mamacita”, digan “confiesa tus pecados, hija”; 3) Que no impartan el Catecismo a puertas cerradas; 4) Que se haga prueba de ADN a todo nuevo “sobrino” de sacerdote, para estar seguros de que no es hijo, y 4) Que todo cura, sin importar jerarquías, sea sometido cada año a un examen freudiano, a ver qué sale.