Freddy Ginebra
Escribirle esta columna a Colombo es complicado, pues él es inagotable y tiene una chispa que cualquier creativo publicitario envidiaría, tiene un pacto con la vida, es gozón profesional como yo, celebra los atardeceres y los amaneceres, se levanta a diario antes que los gallos, no come cuentos con lo que defiende (puede equivocarse alguna vez, pero si se convence de lo contrario es capaz de rectificar). Somos amigos ya no recuerdo cuántos años. Estas líneas son un homenaje de los que a él no le gustan. Es tiempo de Navidad y creo que nace el AMOR, aunque luzca cursi. (Es mi manera de decirle que lo quiero).