Si obedecieran al rigor científico, nada malo representarían los resultados de una supuesta encuesta de opinión electoral realizada por la “Firma Internacional de Estudios de Mercados e Inteligencia de Medios Digitales, que colocan a Editrudis Beltrán delante de Emma Polanco en la carrera por la Rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Al menos no se ven en la historia publicada este lunes 11 de junio, casi en la hora cero, en el digital del rotativo Hoy, y difundida masivamente en las redes sociales.
La encuestadora de estrambótico nombre, le atribuye a Beltrán el 50.79 por ciento y a Polanco 42.24 por ciento de la intención de voto del universo de los docentes y delegados de estudiantes y empleados. Alega que ha realizado el trabajo de campo desde 31 de mayo hasta el 4 junio (750 entrevistados). Y hasta ha afirmado que el candidato en cuestión viene de abajo y ahora va al frente en las principales facultades: Salud, Humanidades y Ciencias, y registra un empate técnico en Ingeniería y Arquitectura.
Ha destacado que “los encuestados fueron escogidos al azar por una computadora alimentada con los códigos pertenecientes a las dos mil 853 personas que están en el padrón electoral”.
http://hoy.com.do/firma-internacional-dice-editrudis-ganara-rectoria-de-la-uasd-en-primera-vuelta/.
No basta, sin embargo. Se necesita saber mucho más, en honor a la transparencia que ha de exhibir un trabajo científico: ¿Quién patrocinó el estudio? ¿Por qué esa muestra con ese universo? ¿Cómo se construyó? ¿Cómo seleccionaron las submuestras? ¿Cuál fue la proporcionalidad de entrevistas por facultad y por centro? ¿Cuál fue la pregunta? ¿Cuál fue el margen de error? ¿Cuál fue el porcentaje de retorno, si fue telefónica? ¿Horarios de llamadas? ¿Cuál fue el porcentaje de indecisos y cómo ha sido prorrateado?
Detrás del ocultamiento de las respuestas a esas preguntas vitales, tal vez, está la verdad. Por lo visto, a lo más que llega lo presentado por la empresa de rimbombante nombre, es a una consulta telefónica para fines de inducción de los sufragantes; sobre todo, los indecisos.
Se trata de una rara mezcla de verdad con mentira que podría “lucirle” a un político de calle, pero no a actores de la primera universidad de América, llamada a ser marco de referencia en cuanto a la ciencia.
Era previsible un crecimiento de Beltrán en cuanto anunciara sus aspiraciones; como era previsible la polarización de las fuerzas en torno a Emma Polanco y él, amén de la lluvia de candidatos al cargo que, esta vez, cayó sobre la Comisión Central Electoral. Ella viene de una competencia muy cerrada y ardiente frente a Iván Grullón, hace cuatro años, y éste –vía el movimiento Horizonte Académico– ha optado por batallar con Beltrán, actual vicerrector administrativo.
Pero, a juzgar por la conjunción de fuerzas que Polanco ha logrado articular a su proyecto, más las emociones que ha despertado en el target, el panorama no luce favorable para el veterano maestro de la Facultad de Ciencias.
Como respuesta al sólido posicionamiento del adverso, sus estrategas han montado un discurso descalificador, que categoriza como inorgánicos a parte de los aliados, sobre todo a los exrectores y a los peledeístas y simpatizantes del proyecto Vanguardia Académica. Y hasta resalta la influencia de “corporaciones económicas”.
Ningún cambio importante habría provocado tal andanada. Mientras, las horas, al parecer se le han agotado a Beltrán para acumular fuerzas que le permitan salir airoso, al menos, en la primera ronda, en la que necesitaría la mitad más uno de los votos emitidos. El 20 de junio está muy cerca. Salvo cambios de última hora, Polanco sería la primera rectora en los 480 años de la UASD.