Tras haber estado aquí, un buen amigo, procedente de un país tan tercermundista como el nuestro, me escribe: “¿Ustedes tienen una ley de tránsito?”. Le dije que sí. Y siguió: “Esa ley prohíbe pasarse un semáforo en rojo?”. Le dije que sí. Agregó más: “¿Esa ley exonera a los motociclistas de toda violación a dicha ley?”. Le respondí que no. Otra: “¿Tienen ustedes policías para aplicar esa ley?”. Sí, le respondí. Y entonces vino la última pregunta: “¿Son ustedes un país civilizado?”. Al decirle que sí, me respondió: “¡ERES UN GRAN MENTIROSO!”…(Así, con esas muy merecidas y vergonzosas mayúsculas).