Una voz de suaves matices de hembra sin lugar a duda, comedida y sensual en todas sus tonalidades, con ligeros toques dramáticos, siempre delicados y sin estridencias, en aquellos versos dispuestos precisamente para eso; un repertorio de clásicos románticos llevado, sea bolero o balada, a las alturas más exquisitas del blue de la nueva era; un estilo casi a media voz que es miel para el oído y caricia para el alma…No hay otra: bajo la lluvia, en la entaponada Santo Domingo, la Primada carente de compasión, escucharla a ella es desear que el tapón nunca termine, y al cabo gritar con alegría: ¡Bravo, Sole Gimenez!