Continuando con la Construcción Modular, un precedente interesante y de pronta aparición en el siglo 20 , es la “Maison Voisin” de 1919, de Gabriel Voison. Este ingeniero francés dedicado al diseño y fabricación de aviones y automóviles proyectó tres modelos de viviendas prefabricadas, de 35, 75 y 105 metros cuadrados respectivamente.

Estos modelos de cerramientos ligeros y prefabricados estaban compuestos por paneles tipo sándwich, con alma de corcho; es su cara interior eran de madera contrachapada y en su cara exterior de contrachapado de madera recubierto por una lámina de acero. De fácil transporte, de acuerdo a su creador, cualquier modelo Voisin podía ser puesto en pie en más o menos 3 días.

Si bien es cierto que no se tiene constancia de que los modelos Voisin tuvieran algún sistema de aprovechamiento de energía pasivo o activo, si es cierto que la puesta en obra y su rápida construcción, significaban un ahorro de recursos energéticos, sobre todo situándolos en la época en que fueron creados.

Más adelante Le Corbusier, quien reseño estos modelos creados por Voisin en su L’ Espirit Nouveau nº2 de 1920, plantea  su proyecto de Casas Loucher, de fabricación/ construcción en serie, en  el  año 1928. Aunque no se puede decir que sea una construcción ligera en su concepción global, estos modelos de viviendas estaban pensados para ser construidos, con parte de sus cerramientos, en material ligero, prefabricados e industrializados, es decir fabricados en un taller y llevados a la obra para su montaje inmediato.

Los cerramientos verticales quedarían resueltos con paneles prefabricados, anclados a una estructura de perfiles de acero. Aunque  se definen los cerramientos como prefabricados y ligeros (en algunos casos se sugiere madera y en otros cinc), estos quedan vagamente definidos en la documentación del proyecto.

Estos modelos, que no llegaron a ser construidos, serían un tipo viviendas adosadas que contarían con un muro medianero de mampostería que separaría una vivienda de la otra. La cubierta se plantearía plana, con paneles prefabricados y  una capa de grava sobre estos aunque no transitable.

Aunque en el proyecto, Le Corbusier, no hace ningún énfasis especial sobre sistemas o elementos constructivos que mejoren las prestaciones energéticas del mismo, pero sí que es cierto que de alguna manera intentaba siempre dotar a sus proyectos de un carácter de complicidad con su entorno y las características climáticas del lugar.

Décadas después en1963, en Zurich, Le Corbusier proyecta la Maison de l’Homme la cual se lleva a cabo después de su muerte.

Esta galería y museo que originalmente sería concebida en hormigón completamente, y aunque si conserva una base de hormigón, sería finalmente construida en metal y vidrio.

Se diseña con un concepto de cubierta-paraguas de chapa de acero, bajo la cual se emplazarían los módulos habitables con las medidas del Modulor y una adecuada escala humana. Igual que en el “Cabanon de Vacances” en este proyecto se desarrollaron unidades cubicas de 2,26 por cada lado por ende de fácil organización y disposición en el lugar de construcción.

El pabellón consta de dos plantas, una terraza y la cubierta principal. Aunque este  obra se caracteriza por la gran singularidad de sus formar, lo cierto es que también se puede tomar como un ejemplo válido de prefabricación y posible industrializada del quehacer constructivo, pudiendo ser factibles de ser replicados y fabricados en serie los módulos estándar de vidrio y acero creados por el arquitecto.

Los grandes maestros siempre intentaron dotar el quehacer arquitectónico de niveles de industrialización equiparables a la industria del automóvil o a la aeronáutica…Lo cierto es que nunca ha sido posible; fallan aspectos como la producción seriada de los elementos, la estandarización la comercialización y sobre todo la conciencia colectiva que sitúa a la construcción industrializada como un sucedáneo de lo que sería un verdadero organismo arquitectónico….