Santiago y el Cibao son el ícono hidrográfico de esta isla. Tenemos 23 presas de las 34 de la nación. La península Samaná, la Cordillera Septentrional, el Valle del Cibao y la Cordillera Central acumulan 24 mil KM cuadrados de unidades hidrogeológicas para la recarga de los acuíferos. La cuenca hidrográfica alta, media y baja del Yaque es de gran prioridad para la sostenibilidad de la isla así como para la gestión integral del riesgo. Sin embargo es en las ciudades donde se va a ganar o perder la batalla contra el cambio climático. Se estima que en la ciudad de Santiago están en riesgo 50, 717 personas, 12,668 viviendas y 759 empresas-establecimientos comerciales.
El Yaque a su paso por la ciudad de Santiago tiene afluentes que configuran un sistema hidrográfico urbano (Cuenca Media), conformado por ocho (8) grandes subcuencas-arroyos. Sabemos que antes que se urbanizara Santiago como lo está hoy, estos arroyos eran visibles, fluía agua clara y limpia, y muchos se unían entre sí por pequeños cursos hidrográficos.
EL PRIMERO es el río Jacagua (lo recorrí casi entero cuando era Boy Scout, Tropa 49), nace en el Distrito Municipal del mismo nombre y atraviesa los barrios de La Cacata, Duarte, La Gloria, Ingenio Arriba y Abajo y desemboca en el canal de riego ‘Ulises Francisco Espaillat’. EL SEGUNDO es el arroyo Los Salados que cruza el barrio del mismo nombre y los barrios Manolo Tavares, Mercedes, Buenos Aires y Ensanche La Rotonda confluyendo en el río Jacagua. EL TERCERO es el Arroyo Gurabo que surca por Villa Verde, Gurabo, Los Santos, Ciruelitos, Gurabito y los Ensanches Bolívar y Bermúdez desembocando en el río Yaque.
EL CUARTO es el arroyo Pontezuela que atraviesa por Tamboril, Pontezuela y Hato Mayor, se fusiona con la cañada Nibaje integrándose al arroyo que viene de Hoya del Caimito y desembocando en el río Yaque a los pies de la Fortaleza San Luís. EL QUINTO es el arroyo Guazumal que desemboca en el arroyo precedente de Pontezuela. EL SEXTO es el arroyo Hoya del Caimito que atraviesa por los barrios Los Rieles, Hoya de Caimito, Villa Jagua, La Villa, Ensanche Ortega, Los Pepines y Nibaje y confluye en el arroyo Nibaje.
EL SÉPTIMO arroyo es el Pastor que transcurre por los barrios del Hoyo de Elías, Yagüita de Pastor, Cerros de Papatín, y Pastor en Bella Vista confluyendo directamente al río Yaque. Finalmente EL OCTAVO, es el Arroyo Hondo que inicia en el barrio Los Jazmines, Arroyo Hondo, Los Mártires y Cristo Rey desembocando por igual en el Yaque.
Considerando esta hidrografía vital, el Plan Estratégico 2020 consensuó en primer orden, articular un régimen de cuencas. CDES, CORAASAN y Ayuntamiento, entre otras entidades, articularon el Plan de Gestión de Cuencas. Se creó un Consejo de Cuenca auspiciado por CORAASAN, entidad que en lo inmediato fue apoyada por el presidente Danilo Medina en una intervención que ha mejorado la conectividad de muchos colectores y ha prevenido la contaminación cruzada entre los sistemas pluvial y residual. Concomitantemente, el Ayuntamiento ha realizado intervenciones en puntos críticos de varios arroyos del sistema que han creado un modelo digno de estudio. Se ha realizado un pacto con comunidades de pobreza crítica que residían en zonas de riesgo de estos arroyos, extrayéndolos de la extrema barbarie donde vivían y aportándole apartamentos dignos.
Estos avances apenas pautan el eje principal de la gestión de cuenca que es fortalecer la gobernabilidad para impactar la calidad del agua usada y consumida en Santiago, arreglar todas las plantas de tratamiento e instalar las pendientes. Asimismo asegurar el saneamiento del río Yaque, ejecutando iniciativas de eliminación y control de la sedimentación de este cauce y formular el programa-concurso de Empresas Amigas del Yaque.
El desafío de la tendencia deficitaria del agua de Santiago y el Cibao impone una armónica gestión de cuencas, valorada como la suma de los recursos naturales configurados por ríos, cañadas y arroyos saneados, encauzados y reforestados, fundamentada en una política de conservación articulada con eficacia, sostenibilidad y responsabilidad social, que garantiza la adaptación al cambio climático, la mitigación de los riesgos naturales, la conservación del recurso agua y la seguridad y calidad de vida de la gente.