Para entender los hechos y olvidarnos de cuentos, digamos que Siria es un clavito en el zapato de todo el mundo: Es país árabe, pero no Estado islámico; sostiene la libertad de creencias; la mujer tiene iguales derechos que el hombre y no está obligada a usar la burka; no acoge a la gran banca internacional ni le debe ni un centavo a nadie; es dueña absoluta de su petróleo; es solidaria con el pueblo palestino contra Israel y no acepta la hegemonía de ninguna potencia. ¿Se entiende por qué Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, con el curioso apoyo de la Liga Árabe, bombardean Damasco?