Centenares de miles de ciudadanos claman justicia, pero la única repuesta ha sido el silencio: Santo Domingo… (silencio)… Puerto Plata…(silencio)…Santiago…(silencio)…San Francisco de Macorís…(silencio)…Azua…(silencio)…Capotillo…(silencio)…Navarrete…(silencio)…Cristo Rey…(silencio)…San Pedro de Macorís…(silencio)… ¿Cómo gobernar un país con el silencio, si el silencio es indiferencia, desaire, exculpación, descargo, pero también autoinculpación y complicidad? ¿Cómo puede ser, si el silencio es desgobierno, vacío, abandono y, sobre todo, incertidumbre? ¿Cómo puede ser, si la incertidumbre sólo conduce a lo impredecible?