Nueva York.-Hillary Clinton y la cúpula Demócrata, con sobradas razones, están sumamente preocupados. Hillary “ganó” el debate con Donald Trump, pero nada cambió.

Ella sigue estancada con 44%.

Según The New York Times, el sábado ella tenía tres puntos encima. Irrelevante “ventaja”, el margen de error mínimo de sondeos con universo encuestado de alrededor de mil personas, es 3%, exactamente la “ventaja” de Hillary.

El margen de error significa que la encuestadora erroneamente pudo restarle o sumarle tres puntos a cada candidato en sus proyecciones estadísticas. Entonces los 44 de Hillary menos tres, quedan 41, sumándole tres, sube a 47; los 41 de Trump menos 3 son 38, sumándole tres son 44.

El número base de Trump 41 empata con el inferior de Hillary; el más alto de Trump, 44, empata con los 44 de Hillary.

Sigue un empate técnico, ciertamente el electorado desprecia a ambos candidatos.

Trump baja, pero Hillary no sube.

Su pírrica “ventaja” y los montones de fantasmas en sus roperos, tras 24 años en el poder, la pueden hacer perder con cualquier “Sorpresa de Octubre”.

Como candidato, Trump es mucho más democrático, representativo y legítimo que Hillary. Encarna los sueños y aspiraciones de las bases republicanas que lo eligieron libremente.

Bernie Sanders encarnaba los sueños y aspiraciones de las bases demócratas, y le hicieron trampas.  Hillary sólo encarna su ambición de ser presidenta, y su candidatura está estancada. Tras 24 años “arriba”, muchos demócratas sufren de “Clinton Fatigue”, están hastiados de los Clinton.

Ahora, como tramposos asustados, intentan asustarnos.

George W. Bush, con el terrorismo, primero nos asustaba y, libremente asustados,  escogíamos entre los terroristas o Bush.

Según Hillary, nos amenazan Rusia y Trump, muy chistosa.  Fallaron, Bush nos enseñó a vivir asustados, nadie puede asustarnos más, es imposible asustar a quien vive asustado.