Ser patriota es mucho más que declararlo: Es elevar la justicia universal como tenencia propia. Es respetar la expresión de toda idea, aunque te sea contraria. Es creer en los derechos inalienables de la condición humana. Es preservar los bienes comunes que se ponen bajo tu resguardo. Es respetar las leyes que norman la sociedad civilizada. Es elevar la grandeza espiritual como savia de la grandeza ciudadana. Es elevar con orgullo la generosidad en toda circunstancia. Insisto, en fin, en que todo se resume en lo que proclamara Juan Pablo Duarte como consigna eterna: “Sed justos, lo primero, si queréis ser felices”.