¡El tiempo vuela! Ya el gobierno del PRM cumplió un año. La semana pasada hubo diversos informes, altos funcionarios exaltando lo que han hecho, anunciando lo que harán.
El discurso del presidente Luis Abinader fue compendio y ampliación. Bajó las escalinatas del Palacio Nacional en perfecto arreglo familiar. Un espectáculo diseñado para proyectar triunfos a pesar de la pandemia y del déficit fiscal.
Con estas presentaciones termina la luna de miel del Gobierno y regresa el pugilato político. No solo será en las redes, donde nunca termina; ahora también alzan su voz de manera formal los actores político-partidarios. Esperable en una democracia electoral.
La sociedad dominicana enfrenta múltiples problemas y el Gobierno enfrenta dos en particular: la persistencia de la pandemia con sus efectos económicos adversos, y el debilitamiento de su alianza electoral.
Desde el primer día, el Gobierno se ha estado enfocado en el control de la pandemia. El toque de queda y la vacunación han sido la prioridad en los esfuerzos para disminuir el contagio y las complicaciones de salud.
Durante todo el primer año ha habido toque de queda, modificado según endureciera o amainara el virus en su trayectoria. La rebeldía de algunos contra la autoridad llevó al teteo: pegue, baile, goce y contagio.
La República Dominicana ha tenido la suerte de ser beneficiaria del conflicto comercial entre Estados Unidos y China. Inicialmente, sin vacunas norteamericanas disponibles, China ofreció vender las Sinovac. Abinader engavetó su desplante inicial a China y aceptó la oferta. Luego, preocupado por el coqueteo geopolítico, Estados Unidos apresuró la llega de la vacuna Pfizer. Hasta tres dosis se ofrecen en la República Dominicana, combinando Sinovac y Pfizer.
Aprovechando la buena reputación de la economía dominicana que por años creció y pagó, el nuevo gobierno optó por endeudarse sustancialmente. Muchos dólares descansan aún en el Banco Central y ayudan a mantener la estabilidad cambiaria, aunque no impulsen mayor crecimiento.
La rápida recuperación económica de los Estados Unidos por las extensas ayudas públicas también ha sido una bendición para la República Dominicana. Las remesas han fluido en aumento considerable, las exportaciones de zonas francas también, y los dominicanos residentes en el exterior mejoran los números del turismo.
Por todas estas razones, la pandemia no ha sido devastadora y el Gobierno ha podido transitar su primer año con relativa tranquilidad. Ahora, en el segundo, comenzarán las demandas concretas y las insatisfacciones aumentarán si mucha gente no siente mejoría real.
Durante el primer año, los procesos judiciales contra exfuncionarios y proveedores del PLD mantuvieron ese partido opacado. La Fuerza del Pueblo, por su parte, cumplió con las formalidades de tregua por la alianza electoral con su aliado circunstancial para derrotar el PLD.
Al comenzar el segundo año, el PLD y la FP enfilan sus críticas hacia el Gobierno; también lo hace ALPaís. Para compensar, Abinader llama a un diálogo nacional con los partidos políticos sobre 12 propuestas de reformas que darán mucho de qué hablar antes de concretizarse algo.