Nueva York.-La semana pasada comenzó a regenerarse el futuro político dominico-neoyorquino, aunque algunos crean lo contrario. El martes el senador estatal Adriano Espaillat perdió otra vez, por mayor margen, del veterano congresista afroamericano Charlie Rangel. El viernes arrestaron a Gabriela Rosa, la primera dominicana electa a la Asamblea Estatal, por fraudes migratorios, financieros, inmobiliarios e impositivos.
Gabriela es la segunda, Miguel Martínez fue el primer pupilo de Adriano preso por corrupción.
Adriano, Gabriela y el Concejal Ydanis Rodríguez formaban una trilogía política apandillada, con los peores vicios de la política dominicana aquí en Manhattan.
El colapso del grupo, sus técnicas y motivaciones, permitirá que nazca un nuevo liderazgo dominico-neoyorquino.
Su crisis es terminal, averiado por la derrota, sin Gabriela, una de las tres patas de su mesa, Adriano intentará reelegirse al senado estatal, luchando por su vida.
Adriano forcejando contra Charlie cometió una falta de delicadeza histórica, política y humana. Nadie debe imponerse como “representante político” de Harlem.
Todas las culturas tienen objetos, ritos y lugares sagrados. Los judíos tienen a Israel, los cristianos la iglesia de la Natividad, los musulmanes a Mecca y Medina. Birminghan Alabama y Harlem New York, son lugares sagrados de los afroamericanos, descendientes de los esclavos enterrados en fosas comunes bajo Wall Street y el distrito financiero.
Charlie, un veterano de guerra, marchó con Luther King por los derechos civiles que le permiten a Adriano desafiarlo e irrespetarlo. Si quienes apoyaron a Charlie acorralan a Adriano y a Ydanis, ellos “jucharon” las avispas, deben pagar sus consecuencias sin involucrar a nadie más.
Que los vicios y “truchimanerías” políticas dominicanas no progresen aquí, debe ser motivo de celebración para quienes huimos y quienes se quedaron sufriendo sus consecuencias. El colapso del liderazgo apandillado beneficiará a todos los dominicanos, porque eso renovará el liderazgo dominico-neoyorquino.