Se ha sabido que el martes, mientras se juramentaba Danilo Medina, pasó por Junumucú, al parecer extraviado, un político embozado, con lentes oscuros y hábitos de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Se escurría por los trillos, silencioso, evadiendo a los viandantes y mirando de reojo constantemente hacia atrás y hacia los lados, desconfiado hasta de su sombra (no sea que también se sume al enemigo). Pero aunque anda más chivo que una guinea tuerta, es inofensivo. Ojo: lleva en un sobaco el “Dicccionario para el Análisis del Discurso”. Su nombre: Leonel Fernández. (Si alguien lo ve, por favor me lo saluda).