Si algo ha definido el accionar de la oposición en estos últimos años y por lo que algunos piensan que es débil ante el gobierno de turno, es justamente por la falta de visión, la incapacidad de cohesión y el personalismo sin sentido. Así, visto lo anterior, se han perdido, en tiempo corto pero invaluable, la oportunidad de mostrar a sus afiliados y simpatizantes que tienen guáramo suficiente con que desplazar a la maquinaria morada, que por mantenerse en la papa, accede a todo tipo de prácticas. Desde la compra de conciencia hasta la mutilación de la libre expresión.

El tema que preocupa a muchos que estamos pendientes de las decisiones de los partidos en torno a los grupos de profesionales. Y que deja al desnudo, nueva vez, la incapacidad de un conjunto de atores dentro de esas maquinarias que tercian por dirigir uno de los gremios más importantes en materia fáctica en el quehacer político, nos presenta una conclusión clara para el futuro próximo. Es que, mientras no se corrijan ciertos vicios en la oposición, les será imposible generar la confianza en los ciudadanos para que estos les den  la oportunidad de dirigir su destino.

Un caso lastimoso, pero que amerita una mirada sincera, despojada de prejuicios e intereses, es el caso de las elecciones de la ADP. Una entidad gremial de importancia capital que peligra en manos del oficialismo. Y que, por la incoherencia e incapacidad de diálogo que existe entre dos facciones del PRM, no se pudo concretar un acuerdo en donde no todos ganen, pero se incluya a la mayoría. Movidos quizá, por  la visión mercurial de algunos y/o por esas rarezas que caracteriza a los peñagomistas de preferir al enemigo, que al hermano de siempre.

Al parecer, la recurrencia en esas prácticas erróneas e improductivas en materia de percepción, les generan a ciertas estructuras, dividendos que en nada beneficia al colectivo del que dicen ser representantes. Peor incluso. Todo apunta a la estrategia de la incomprendida,  por el imaginario popular, la gatita de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Con el objeto inescrupuloso de causar desgracias a los más, en beneficio de los menos, para adjudicárselas a sus contendores internos y sacar desde esa lógica de carroña, ventajas políticas hacia adentro y hacia afuera.

Se sabe que pese a los esfuerzos de una comisión mediadora y a la disposición de uno de los bandos de llegar a un acuerdo justo. Por la intransigencia del otro sector, no fue  posible que las corrientes gremiales de ese importante partido,  acudieran unidas como un solo cuerpo en las elecciones del Comité Ejecutivo Nacional de la ADP. Dando muestra de su evidente discordancia entre el discurso y los hechos. Pues, si no  hay capacidad para entenderse dentro, como rayos pretenden pactar con otros grupos foráneos.

No debe resultar extraño que después de pasadas las elecciones aparezca algún gurú de lo imposible, a plantearnos la tesis de la unidad, cuando se evitó a toda costa, por las mezquindades que caracterizan a los mediocres, que Xiomara Guate y Jacob Casado, por el bien de los maestros y por la unidad de criterios, realizaran un acuerdo que unificara, tanto a los maestros del PRM como los de otros grupos de oposición para sacar al PLD de la ADP.

Ya vencidos los plazos para una posible alianza entre todas las corrientes magisteriales de oposición, queda un único camino posible en medio de tanta incongruencia, seguir trillando la ruta que los haga entender que cuando se quiere ganar, no se debe apostar al sálvese quien pueda. Y a los que olvidan porqué gobierna el PLD, les recomiendo la frase deFriedrich Nietzsche-  que reza:“La ventaja de la mala memoria es que en muchas ocasiones se regocija de las mismas cosas como si fuera la primera vez.”