Hay que preguntarles a Monseñor Ozoria y a la mismísima Nunciatura Apostólica: ¿Antes de vender la esquina que ocupa Down Town Center, el Episcopado arregló las cosas con Bienes Nacionales, regulador de esas tierras donadas condicionalmente por el Estado? Otra: ¿Liquidó su valor catastral al Estado mismo? Más: ¿En cuánto vendió cada metro cuadrado para fines de pago de impuestos? Más aún: ¿Pagó los impuestos o se acogió al régimen de institución exonerada? Hay que agregar: ¿Es falso aquello de que habría depositado en el extranjero unos 10 millones de dólares provenientes de esta negociación inmobiliaria con olor a sagrada especulación?