…Y en el Palacio de los Deportes, de Plástico a Pedro Navaja, cuarenta años después del primer verso, el inmenso cronista musical de nuestro tiempo, monitor de las aspiraciones de los pueblos de América Latina toda, llenó de sueños y realidades la noche: “Maestra vida, de injusticias y justicias,/de bondades y malicias,/ aún no alcanzo a comprenderte./ Maestra vida, que seguro no perdona,/ voy buscando entre tus horas el espejo de los tiempos/ para ver tus sentimientos/ y así comprender tus cosas…/ Maestra vida, camará,/ te da, te quita, y te quita y te da”.