Como este es un país de imbéciles (primera premisa de los políticos rastreros); como este es un país con centenares de medios que no inquieren, no investigan, no indagan (segunda premisa de los políticos pedestres); como este es un país donde lo que importa es la demagogia y el allante (tercera premisa de los politicastros bajunos), Roberto Salcedo organiza la “graduación” de miles de “alfabetizados” que no son tales, y al ser evidenciado dice (cuarta premisa de los politiquillos farsantes) que el evento fue “infiltrado” por la oposición. (Ah, la quinta premisa de estos politiqueros ridículos es la desvergüenza).