Nos encontramos en los días finales de este retador año 2020. Ha sido un período en nuestra vida social de importantes desafíos. Algunos los vamos venciendo, como el término del gobierno nefasto del PLD que ha traído tanto desasosiego a nuestra sociedad, y no sabíamos por qué. Hoy vemos con horror la cantidad de miles de millones de pesos redirigidos desde las arcas públicas y que han sido dilapidados por personas ligadas a los representantes del gobierno para fines que no corresponden a sus objetivos institucionales.
Pero la sociedad ha tenido un rol importante en esta nueva etapa que se inició en el mes de julio, tomando la decisión de promover un cambio de gobierno que detuviera la situación de calamidad por la que estábamos atravesando. Es importante tomar en cuenta y no olvidar que nuestra desidia y la acción u omisión de nuestra forma de no nadar contra la corriente, nos hace en parte responsables de la debacle moral y social que vivimos los últimos 20 años.
Llevar a cabo el cambio necesario, requerido y que pide a gritos nuestra sociedad y la población, especialmente, no será una tarea fácil. Se percibe en el aire esta situación de ponerse en un “a la garata con puño” a ver quién y cómo sale beneficiado con el reordenamiento que inexorablemente debe ocurrir para realizar el cambio. El mejor ejemplo, lo vemos en el caso del otorgamiento que se hizo de una cuantiosa suma de dinero a representantes artísticos por un supuesto trabajo que debían realizar. Esta acción se realizó sin tomar en cuenta el ordenamiento legal de “Compras y Contrataciones” que rigen las actividades con estos fines. Lo que significa que todavía seguimos actuando por el impulso de la autoridad sin observancia de las leyes, o sea, tengo la autoridad y hago lo que se me antoja.
Afortunadamente estas iniciativas están siendo revisadas como forma de dar un ejemplo y poner al tanto a todos, funcionarios y ciudadanos, de que se acabó el relajo con los bienes públicos, con el desorden, y con el “yo soy el WAO, amiguito de Fulano, y hago lo que se me da la gana”. En esto también debe haber un cambio, y lo habrá. Porque los funcionarios incumbentes de la Justicia y los estamentos del sistema jurídico deben ser modificados para que cumplan la función de emitir justicia, y no para dar rienda suelta a la injusticia y la violación de los derechos, hasta de los niños, como hasta ahora ha ocurrido.
De las manos del nuevo gobierno que la sociedad se ha dado, hemos visto con esperanza cómo disminuyeron los índices de contagios del covid 19, por las medidas de control que se tomaron y la observancia de la población de las mismas. Ya se están haciendo las advertencias, se describieron las situaciones que han provocado este nuevo aumento de los contagios. Los jóvenes no pueden hacer caso omiso de esta situación, debiendo controlar un poco sus ímpetus para que no sigan aumentando los casos de enfermedad en personas vulnerables. Tenemos la confianza de que podremos pasar unas fiestas navideñas y de año nuevo con la misma algarabía de siempre, pero con la mesura y el comedimiento necesario para que a principios del nuevo año 2021 no haya repuntes producto de que hagamos excesos indebidos.
Tenemos la firme convicción de que el nuevo año 2021 será de importantes retos y logros por cumplir, porque toda la sociedad está ávida de participación, de ser escuchada, de tomar las decisiones para un mejoramiento de sus niveles de vida. Para que haya un mejor funcionamiento de la justicia mediante la revisión y actualización de las leyes. ¡Por favor, que ya no haya más leyes de los años 50as! Para que haya mejor y más participación de la población, de los emprendedores en propuestas productivas que creen empleos y promuevan la protección del medio ambiente. Para que los reclamos por un ambiente saludable, para que los ríos puedan fluir, los bosques nos brinden su aire fresco y limpio. Para que todos y cada uno de los ciudadanos, independientemente de la edad, pueda tener la posibilidad y el acceso a las oportunidades que se están abriendo, sobre todo ahora que por la pandemia hemos visto las precariedades que sufre aun una parte importante de la población, que ya debe dejar de vivir según los términos del feudalismo. Para que los niños de todos los niveles puedan tener acceso a una educación y formación de calidad. Para que se tome en cuenta la cultura al momento del abordaje del tema de la violencia de género e intrafamiliar. Son muchas tareas, sí. Pero tenemos toda una vida por delante con este ímpetu y este deseo de que haya un importante, sustantivo y significativo cambio que beneficie a todos y cada uno de las ciudadanos de esta tierra. Que nos lo merecemos.