Nueva York.-El comité de seguridad interna de la Cámara de Representantes, aprobó invertir $10 mil millones para construir un muro de mil millas en la frontera con México. Si la iniciativa es aprobada en el pleno del organismo, iría al Senado, donde podría morir.
La idea de un muro fronterizo es vieja, aunque se le quiera atribuir exclusivamente al presidente Donald Trump. Quienes hoy se oponen al muro, ayer apoyaron una “verja” de 700 millas.
En el 2006 como senadores Barack Obama y Hillary Clinton apoyaron construir la verja fronteriza. También la apoyaron el actual jefe de Demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y otros 23 senadores demócratas, pero hoy rechazan el muro.
La implosión de ese transfuguismo de los demócratas, le abrió las puertas de la Casa Blanca a Trump. Con Trump triunfó un populismo descarnado, los demócratas lo ejercían con diplomacia, pero en el fondo para los inmigrantes, los demócratas resultaron mucho peores.
Obama exhibió una impresionante coherencia anti-inmigrante, como senador apoyó construir la verja, y como presidente deportó más de dos millones de mexicanos y otros latinoamericanos.
Obama habla “más bonito” que Trump, pero los números demuestran que resultó mucho peor. Hasta hoy Trump deporta un promedio de 16 mil latinoamericanos mensuales, Obama deportó, en su momento, hasta 34 mil mensuales, más que el doble.
Las deportaciones de Obama destruyeron más de dos millones de familias latinoamericanas.
La coherencia anti-inmigrante de Hillary también resulta asombrosa, primero apoyó construir la verja, luego pidió deportar a los niños centroamericanos refugiados de la guerra contra las drogas.
La diferencia entre Obama, Hillary y Trump, son nombres, discursos, y la piel oscura de Obama.
Es infantil presumir que Hillary y Obama son “buenos” y que Trump es “malo”, todos ellos son iguales y, hasta ahora, para los inmigrantes Obama fue mucho peor.