Ayer, tras revisar las noticias de Santo Domingo, la Real Academia de la Lengua (la española, no la de Vincho) hizo un cambio importante: cambió la definición del concepto “cinismo”, proveniente del latín cynismus, que hace referencia a la impudicia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables (filosóficamente, la doctrina fundada por Antístenes que postula el rechazo a la moral admitida). Sépase, pues, que la Real simplificó todo eso, para aterrizar los contenidos del concepto en una sola palabra: “Mariano” o “Marianito” (no de cariño, sino por chiquito).