De acuerdo con la psicología, la negación es utilizada de forma recurrente como un mecanismo de defensa para evitar sacar a la luz pública, la verdad que se oculta en nuestro subconsciente. De igual manera, el padre del psicoanálisis Sigmund Freud, abordó el tema de la negación, donde decía que: existen personas que en su discurso cotidiano utilizan la negación para ocultar la realidad. Contextualizando el concepto psicológico de la negación a la realidad electoral del país, es lo que ha arropado a la cúpula palaciega del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), de que sus días al frente de la conducción del Estado dominicano están llegando a su inminente final después de 16 años ininterrumpidos.

Esta semana fueron publicadas en los medios más importantes del país, las tres encuestas más reputadas del mercado electoral dominicano, las cuales siempre han acertado en el resultado final de cada elección desde su incursión en el país. La primera encuesta en ser publicada fue Gallup-Hoy, que desde su incursión en el mercado electoral dominicano en 1989 ha acertado con el resultado final de cada proceso electoral desde 1990. En su última entrega Gallup-Hoy dice que el candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, encabeza las preferencias electorales con un 53.7%, mientras que el candidato del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo, con un 35.5%, y le sigue el expresidente Leonel Fernández, de la recién creada Fuerza del Pueblo con un 8.6%. 

El miércoles fue publicada la encuesta Greenberg-Diario Libre, que hizo su incursión en el mercado electoral dominicano en 2008, acertando en todos los resultados. En su última entrega, Greenberg pronostica que Luis Abinader, obtendría un 56%, mientras que Castillo y Fernández, obtendrían un 29% y 12%, respectivamente. El mismo día en la noche, fue publicada la encuesta Mark Penn/Stagwell que es publicada por el Grupo SIN, la cual lleva desde 1981en el mercado electoral dominicano, en su última entrega indica que Luis Abinader encabeza las preferencias con un 47%, mientras que Castillo y Fernández, obtendrían un 35% y 11%, respectivamente. En esta ocasión Mark Penn utilizó el método de entrevistas cara a cara, en vez de utilizar el método de entrevistas telefónicas, el cual es no es confiable, y que en su momento criticamos en un artículo sobre el tema. (https://acento.com.do/opinion/es-confiable-la-encuesta-telefonica-de-mark-penn-8827184.html).

Históricamente, las encuestas de mayor prestigio del país, en la recta final de la campaña electoral han publicado resultados que están estrictamente apegados a la realidad electoral del momento. Y, la razón fundamental de este comportamiento: es que su prestigio está en la línea de fuego. Mark Penn/Stagwell se reivindicó de su error metodológico de mayo, donde dio un empate técnico en las preferencias electorales que no correspondía con la realidad del momento. Sin embargo, aunque los resultados preliminares muestran un escenario de segunda vuelta, con el porcentaje de indecisos que ronda el 6% en esa muestra, esto podría inclinar la balanza hacia el candidato puntero, en este caso, Luis Abinader, de ganar en primera vuelta, y esto sumado al margen de error de un 3.1%, alinea a Mark Penn/Stagwell en el mismo redil que Gallup y Greenberg. Si el 50% de los indecisos decide apoyar a Luis Abinader, este obtendría el 50% de los votos, lo que le daría la victoria en la primera vuelta.

Escenario Político

Cuando nos acercamos al tramo final de la campaña electoral, vemos que las preferencias electorales del candidato principal de la oposición, Luis Abinader, han variado muy poco desde el evento de cisne negro, que fue la suspensión de las elecciones municipales de febrero, que fue el punto de inflexión, que catapultó al candidato del PRM a posicionarse para ganar en primera vuelta. Y, una muestra de ello fue la encuesta de Greenberg-Diario Libre publicada el 3 de marzo, donde el candidato del PRM aparece liderando las preferencias con un 52%. Sin dudas, la suspensión de las elecciones disipó el último vestigio de credibilidad que tenía el PLD entre las capas medias de la sociedad dominicana, y esto ha impulsado su accionar político en procura de un cambio en la República Dominicana, y el principal beneficiario de ese descontento es sin dudas, el Partido Revolucionario Moderno (PRM). 

Ese descontento se expresó de manera libérrima y contundente en las urnas, en las elecciones municipales extraordinarias del 15 de marzo, donde el PRM y sus aliados, se alzaron con la mayoría de las alcaldías y las principales del país, con una resonante victoria sobre el PLD y sus aliados. Sin embargo, con el cierre del país a partir del 18 de marzo, la narrativa político-electoral dio un giro de 180 grados en el desenvolvimiento de la campaña. Con este encierro casi total del país, la estructura del partido-Estado PLD impuso la agenda electoral, con la masificación de su red clientelar amparada en el Estado para vender una narrativa de que su candidato es un gerente que resuelve en los momentos de crisis. Con esta narrativa el PLD buscaba contener la caída estrepitosa de su candidato, y así, desacelerar el empuje de los candidatos opositores, en especial Luis Abinader, que se perfilaba que iba a superar el umbral del 60% de las preferencias electorales en cuestión de días, después de la contundente victoria del PRM en las municipales.

A raíz de esta nueva coyuntura política, el principal candidato de la oposición, Luis Abinader, inició la ejecución de un programa de ayuda en favor de los mas necesitados, denominado Ruta Solidaria, que le permitió de cierta forma contrarrestar el empuje del candidato oficialista con el dispendio esquizofrénico amparado en el erario. Mientras que, el candidato de la Fuerza Puebla (FP), quiso hacer ínfulas de teórico cuántico ante un electorado cada vez mas desideologizado, que da más primacía al clientelismo que al debate sustancioso de los problemas estructurales. Bajo esta lógica política, el candidato del PRM, mantuvo una dualidad impresionante por un lado hacia propuestas y por el otro ayudaba a los mas necesitados. Por tal razón, sus preferencias en el electorado se vieron prácticamente inalteradas desde el inicio de la pandemia, y así, lo muestran las mas recientes encuestas. Por su parte, el candidato de la Fuerza del Pueblo (FP), Leonel Fernández, salió tarde al ruedo del reparto solidario, por lo que sufrió el fenómeno natural de la canibalización del voto entre dos fuerzas afines, y es por lo que vemos, que su candidatura se ha venido desinflando desde el inicio de la pandemia. Dado este escenario, donde la tercera fuerza política del país muestra una debilidad estructural y mercurial en términos de operatividad política, se hace más fácil que el candidato puntero concretice su victoria en primera vuelta como muestran las tres firmas encuestadoras más prestigiosas que operan en el país.

La realidad inexorable que se cierne sobre el firmamento electoral dominicano es que: el principio del fin de la dominación del PLD ha llegado. Y, a partir de hoy, inicia el novenario de despedida del otrora poderoso Partido-Estado.