El presidente Danilo Medina anunció que “el Gobierno está haciendo los contactos para traer de otros países profesores de profesores para reforzar a los de aquí en la enseñanza de las Matemáticas, Química, Física y Lengua Española”; iniciativa que debería ser apoyada por la sociedad en general, y por los maestros, institutos superiores y universidades, en particular.
La medida fue expuesta en la entrevista concedida a los periodistas Amelia Deschamps y Huchi Lora, en ocasión del programa especial para retirar las sombrillas amarillas (símbolo del reclamo pacífico del 4% para la educación preuniversitaria), del escenario de El Día, que se difunde por el canal 11.
Todo parece apuntar a que esta es una señal inequívoca de la preocupación del Presidente por la problemática del sector, ya que el país se disputa los últimos lugares en las evaluaciones internacionales, básicamente en Lengua Española y Matemática, áreas donde se realizan estas mediciones comparativas.
Revela, además, que el gobernante acepta que la educación que provee el Estado en las escuelas públicas, a las que asiste la mayoría del estudiantado, requiere un cambio significativo para mejorar la calidad de la enseñanza en estas áreas curriculares.
Pero la propuesta del Presidente ha generado reacciones hasta de rechazo; y algunos llegan a interpretarla hasta más allá de lo que él plantea: “traer de otros países profesores de profesores”, lo cual no ayuda a encarar el problema de calidad que acusa la educación dominicana. Y más cuando todos saben que los aprendizajes de los niños, jóvenes y adultos que asisten a dicha escuela son deficientes y repercuten negativamente en el desarrollo de habilidades cognitivas y cognoscitivas para continuar aprendiendo, por lo menos.
Por ejemplo, la antropóloga Tahira Vargas García externa su preocupación expresando: “La enseñanza de las ciencias, matemáticas y español debe estar vinculada a la realidad social, cultural y territorial de los sujetos protagonistas del proceso educativo que son: niños, niñas y adolescentes en comunidades urbanas y rurales de las distintas provincias del país…Esta es la visión curricular de la educación que aporta a la creación de libertades y empoderamiento para el desarrollo humano”.
Su preocupación es válida. Pero no aplica en este caso, porque no hay informaciones que permitan colegir que estos profesores enseñarán a los discentes, sino a los docentes.
En cambio, el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores, Eduardo Hidalgo, un cuadro del partido en el gobierno, se pronuncia en la prensa y, paradójicamente, rechaza “la contratación de profesores extranjeros de matemática, …para preparar a los maestros del país”, propuesta por el Presidente.
También aduce: “en dominicana hay suficientes maestros y maestras que se han preparado en distintas áreas para competir en igualdad de condiciones con [los de] otros países de la región”.
Si la propuesta presidencial se materializa, como se espera, la misma no atenta contra nuestra idiosincrasia, nuestra cultura. Los profesores visitantes reforzarán la formación de los profesores nacionales en estas áreas académicas que han hecho crisis en la escuela dominicana. Tampoco implica que los recursos humanos capaces del país no serán utilizados. Por el contrario, ambos equipos, nacionales y extranjeros se enriquecerán mutuamente.
Las opiniones personales son importantes, pero soberano el pueblo. Un sondeo de El Nacional Digital, muestra que el 61% de sus lectores favorece que traigan maestros extranjeros, el 39% estuvo en desacuerdo.
Finalmente, ¿por qué el silencio de la ministra de Educación, a la propuesta presidencial? La sociedad tiene derecho a conocer su opinión porque está atenta a todo cuanto ocurra o no, en ese ministerio.