1.- Sin ninguna duda, sorprende; uno se siente como si algo le hubiera cogido desprevenido. En verdad, en mi país ocurren hechos imprevistos que son para permanecer pasmado, turbado por largo tiempo. En ocasiones lo que veo me deja admirado, hasta el punto de que llego a razonar en el sentido de que creo estar viviendo en el espacio sideral y no en el mundo terrenal.
2.- No hay duda que debe quedar atónita cualquier persona que haya vivido en forma ininterrumpida en el país y ve a nuestro pueblo movido políticamente por consignas huecas, sin ningún contenido social que genere motivación a la movilización para andar detrás de un candidato. La pobreza, la indigencia de conciencia social hace posible el arrastre en el curso de campañas electorales.
3.- Produce lástima ver a individuos con 30 y 40 años en los movimientos progresistas haciéndoles el juego politiquero a negociantes de la política nacional y aliados de los peores intereses extranjeros, con la agravante de que pretenden justificar sus posiciones con argumentos que tienen mucho de sinvergüencería y nada de principios bien sustentados ideológicamente.
4.- En verdad, nada quita que un desorejado cualquiera se arrime a un candidato del sistema que procura preservar o desarrollar sus intereses y posición clasista, porque de un aparente progresista y superficial revolucionario es posible esperar cualquier actitud oportunista. De un descalificado y alocado político siempre sale el aprovechado de períodos electorales huérfanos de serias propuestas y de programas con iniciativas a satisfacer a las masas.
5.- Resulta difícil de digerir la posición que asume el viejo militante de izquierda cuando anda a la cola de un partido del statu quo, precisamente en el mismo momento que el imperio arremete contra gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe, como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y hostiliza a mujeres y hombres con tradición democrática para que no regresen al poder, tales los casos de Rafael Correa, Lula, Vilma y Evo Morales.
6.- Sea cual sea su edad, el hombre o la mujer de pensamiento democrático da demostración de coherencia política cuando mantiene posiciones de avanzada, sin importar que sus ideas no sean comprendidas o aceptadas por el momento. La perseverancia, la constancia es evidencia de confianza en lo que creemos y la firme voluntad de que triunfen nuestras convicciones. Proseguir sin hacer causa común coyuntural con el adversario es prueba de fidelidad a la ideología que abrazamos con sinceridad.
7.- Cualquier demócrata sincero le haría un mejor homenaje a su historia de lucha pasada, si en lugar de andar detrás de un politiquero del sistema, se dedica a escribir sus memorias y sacar tiempo para mimar a sus nietos y nietas. Si así procede, un arrepentido o agotado revolucionario le haría un mejor servicio a su pretérita vida de militante por las causas liberadoras de las que ahora ha renegado en forma bochornosa. En ocasiones, los consejos son oportunos y saludables si son aceptados y bien asimilados por aquel que bien los necesita por el feo final que se vislumbra de su obrar político.
8.- Se comprueba la debilidad ideológica en una persona cuando anda dando tumbos en un balanceo de actuaciones. Ese que en nuestro país se ha movido de un partido progresista a otro conservador, es un pobre diablo que con sus bandazos enseña su raquítica posición política.