El actual panorama político ha sufrido una completa metamorfosis a partir del pasado domingo 26 de abril, pues pasamos de un panorama unipartidista, en cuanto a las posibilidades electorales y las preferencias del pueblo, a otro panorama contrario donde cambiaron de rol los protagonistas.

Después de las elecciones del 2012 las diferencias a lo interno de la mayor fuerza opositora dominicana, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), comenzaron a lacerar la unidad del mismo, al punto que expulsaron del partido al pasado candidato, líder de la oposición y del partido, el expresidente Hipólito Mejía, y el control del partido lo tiene un señor que viste con corbatas azules y aparentemente responde a intereses diferentes a los de la oposición.

A seguidas, el expresidente Hipólito Mejía reagrupó sus fuerzas y a la mayoría de los prestigiosos miembros del PRD, asumiendo una agrupación política del sistema, la que rebautizaron con el nombre de Partido Revolucionario Moderno (PRM) y que además de moderno pasó a ser mayoritario. Luego, tanto Hipólito Mejía, como Luis Abinader (pasado candidato a la Vicepresidencia por el PRD) y otros dos compañeros lanzaron sus precandidaturas para ser el candidato oficial del PRM.

Mientras esto acontecía a lo interno del PRM, el PRD eligió a Miguel Vargas Maldonado como candidato presidencial, pero de inmediato fue impugnado y aún permanece pendiente de fallo, por el Tribunal Superior Electoral. En el PRSC se agravó la salud de su presidente Carlos Morales hasta que falleció, luego fue electo como presidente del partido el Ing. Federico (Quique) Antún, pero también se creó un clima de confrontación con el ultimo candidato propio del partido, Amable Aristy Castro, que posteriormente renunció y formó tienda aparte.

Otros acontecimientos que también merecen la pena recordar son:

– El Presidente Medina confronto a una gran empresa minera trasnacional y la obligo a renegociar el contrato firmado con el pasado gobierno, dando la impresión de que aunque era el mismo PLD su gobierno, a diferencia del anterior, era capaz de defender los intereses de la nación y, su estilo llegó a representar la antítesis del hoy impopular expresidente Fernández.

– Al hoy impugnado candidato del PRD se le vincula con los Leonelistas y en la crisis de su partido puso de manifiesto su excesivo autoritarismo.

– En el PRM no se definía la candidatura presidencial y los analistas políticos pronosticaban conflictos internos en la convención.

– El PRSC también se dividió, además de ser un partido aliado, con muchos de sus miembros aún nombrados en el Estado.

En este clima, ante el desgaste y la alta tasa de rechazo de su compañero de partido el pasado presidente Leonel Fernández, Danilo Medina comenzó a cosechar simpatías, al punto que todas las encuestas lo daban como favorito, con una aceptación superior al 80% y una intención de voto y apoyo a la re-postulación de más del 70%.

Desde antes del 26 de abril, en el PLD, las luchas intestinas comenzaron a provocar disgustos y enemistades entre los compañeros, en un ambiente en el que su expresidente Fernández pretendía postularse como candidato; otros cuatros compañeros también aspiraban a la nominación, al igual que el propio Presidente Danilo Medina que pretende cambiar la Constitución de la Republica para que se permita su re-postulación.

Así las cosas, el Comité Político del PLD aprobó someter por ante el Congreso Nacional la modificación constitucional, generando con esto una guerra entre los Leonelistas y los Danilistas, que ha llevado a la renuncia del gobierno de los miembros de FNP (Los Vinchos); a la objeción de los legisladores Leonelistas, basados en un egoísmo que ha preferido llevar al partido a una posible división o, con la candidatura de Leonel, a una derrota electoral, desoyendo la voluntad de la Soberana Mayoría y, obligando a que los Danilistas muestren todo lo que son capaces de hacer para retener el poder.

Pero a partir del domingo 26 de abril, el panorama es contrario, hay una oposición consolidada, donde su hoy principal fuerza, el Partido Revolucionario Moderno, celebró su convención en medio de un armónico clima donde se produjo un relevo generacional, al elegir a Luis Abinader como candidato. Mientras que por otro lado, quienes se encuentran en confrontaciones y se muestran al borde de la división son los propios peledeistas; además de que ya no es sólo Danilo Medina el que representa y encarna el freno del posible retorno de Leonel y compartes. Por lo que, sin dudas, ha acontecido un cambio radical del panorama político dominicano y estamos seguros que esto se reflejará en las venideras encuestas.