La derrota del PLD ha provocado la creación de un nuevo escenario que debe ser aprovechada por las fuerzas revolucionarias y avanzar evitando su interrupción, por pendejadas, hacia mejores condiciones organizativas que permita tener peso específico en la sociedad.

Una nueva ambientación política que permite profundizar la democracia, frágil; empezando dándole forma a la justicia, desenredar la madeja corrupta que favorecen a políticos y empresarios, transparentar las acciones del gobierno, entre otras cosas. Y, sobre todo, un aire fresco donde los ciudadanos pueden airear sus descontentos y aprobación, ante las ejecutorias del presidente Abinader y sus funcionarios.

El clima es apropiado para ejercitar las condiciones físicas e intelectuales de los revolucionarios. Con inteligencia y destreza podemos avanzar, si sabemos ubicarnos en tiempo y espacio. El único partido político que puede exhibir sus músculos, muy débiles, es el PRM, gracias a su llegada al poder. Los otros, desacreditados y confundiendo a la población, maquinando, buscando la forma de limpiar su hoja, sucia, de servicio público.

No hay de otra, es la oportunidad de los revolucionarios demostrar capacidad, serenidad y profundidad en sus análisis, respetuoso y firme en sus críticas, y tener en las manos las soluciones a los problemas económicos, políticos y sociales que afectan a la sociedad. Sin olvidar, para que no se vuelvan locos, que transitamos por un proceso democrático dentro del capitalismo.

Decíamos, estamos ejercitando el cuerpo. En lo que respeta a los muchachos, aunque conservan sólidas experiencias de luchas y sacrificios, y una simpatía, emocional, generalizada en un sector importante de la población, los mismos se encuentran dispersos y, muy lamentable, dividido. Y así, como decían antes, con qué fuerza se casa un guardia.

Si deseamos ocupar ese espacio vacío, tenemos que andar rápido, no muy de prisa para que no choquen y extravíen el camino. Ponerse de acuerdo en torno a la visión del momento histórico que transitamos, y cómo meterle mano. Si se ponen de locos viejos, Leonel está al acecho, como el gato.

Estoy consciente de la existencia de diferentes enfoques del momento histórico. Sin embargo, no podemos repetir el mismo comportamiento de siempre y dejarles el escenario, nueva ambientación, a los partidos tradicionales que se alternan el poder. Transitamos un proceso democrático burgués en una sociedad atrasada y dependiente, donde se llega al gobierno, por ahora, a través de elecciones.

En América Latina y el Caribe se ha demostrado que la democracia, verdadera, para adecentar a la sociedad con justicia social se alcanza con los revolucionarios, progresistas y demócratas. Cualquier equivocación provocará la repetición dolorosa de gestiones gubernamentales al servicio, desproporcionado, de los sectores económico dominante y a la dependencia extranjera.

Con esta claridad no se necesita espejuelos. “Ponerse las pilas”, desde ahora, para articular una poderosa, de lo pequeño a lo grande, alternativa política unitaria que aglutine a los revolucionarios y todos los sectores que desean trabajar en la construcción de una verdadera democracia con justicia social que impulse un nuevo modelo económico y mantenga una política internacional sobre la base del derecho a la autodeterminación de los pueblos, de buena vecindad.