Hay que preguntar, aunque calle el Departamento de Estado: ¿Qué será lo que quiere Barack Obama (a quien hay que llamarle Excelentísimo Señor con todas sus letras)? Porque ningún Embajador de los Estados Unidos se gobierna, sin hacer excepción con James Brewster (a quien hay que llamarle Su Excelencia, sin relajos). Y como Brewster (nada de “Wally”) no se gobierna, hay que suponer que todo lo que dice, reclama y proclama previamente lo ha informado a su máximo jefe, que a su vez lo autoriza para que diga, desdiga y contradiga a Roberto Rosario Márquez y a quien sea. Entonces: ¿Qué se traen los yanquis con este 15 de mayo?