Sí, que se modifiquen las cuotas femeninas para los cargos electivos: no primeras, segundas ni terceras bases (¡cómo abundan!); no hermanas, primas, cuñadas ni secretarias (¡sobran!)…Véanlas: concursantes de belleza que sólo sonríen, sin nada qué decir ni qué entender, salvo escasas excepciones. Y que en esta degeneración se modifiquen otras cuotas: no sicarios, no traficantes de drogas y de ilegales, no contrabandistas, no bandidos corruptos. Y, sobre todo, no descerebrados… (A ver sí un día tenemos elecciones para elegir. No este show de tan mal gusto que esta “democracia” dizque “representativa” nos impone).