Antes que nada, disolverla con todas sus charreteras de estilo trujillista y definir un concepto de seguridad que priorice la organización ciudadana. Y entonces, 1) Incorporar hombres y mujeres de las comunidades, para su autodefensa; 2) Definir sueldos para que los policías vivan decentemente; 3) Ascenderlos por méritos y aprendizaje; 4) Patrullar día, noche y madrugada; 5) Incorporar toda la tecnología necesaria para la prevención y la investigación, y 6) Hacer que la Academia forme policías de verdad, no guardias vestidos de gris…(Ah, y poner de supervisor a Daniel Pou, para que siquitrille a todo delincuente uniformado).