Debo confesar, de entrada, que no comprendo bien la lógica de los que esperan casi pasivos que desde Brasil les caigan nombres y cifras relativas a Odebretch y sus sobornados locales para actuar.
Esa actitud induce a creer que todavía no tenemos suficiente evidencias y nombres sobre la mafia montada en el país entre Odebretch y funcionarios gubernamentales para desfalcar las finanzas públicas; porque, como acaba de afirmar el dirigente peledeista Felucho Jiménez – sin dudas gran conocedor empírico del tema -, los “92 milloncitos” de dólares “es lo de menos”, el dinero gordo, el robo escandaloso, “está en las sobrevaluaciones”.
Por lo menos la oposición política debería entender que la maquinaria de comunicación gubernamental montada exclusivamente para blindar la figura de Danilo Medina ante los embates del caso Odebretch y Punta Catalina, aprovechará la confusión estratégica que padece, a mi juicio grave, para diluir las noticias que lleguen desde Brasil. El resto de la “operación rescate” lo harán el Ministerio Publico y ciertos tribunales.
En otras palabras, si la confesión de Odebretch y los testimonios de condenados en Brasil sobre operaciones delictivas contra las finanzas del Estado dominicano son ciertas – como efectivamente los son, porque hasta el propio Gobierno está buscando oficializar un acuerdo con la constructora -, entonces, queda a la oposición política empoderarse seriamente del caso, desarrollar sus propias investigaciones, aplicar un amplio programa de comunicación de masas para orientar a la población y movilizar la opinión pública bajo la consigna de cero impunidad y enjuiciamiento de los responsables.
Hay más que evidencias sobre la manipulación de la licitación de Punta Catalina en el 2013, y, también, sobre la enorme sobrevaluación del contrato de EPC (Engineering Procurement and Construction) otorgado a Odebretch en el 2013 para la construcción de la central. Pero todavía las grandes masas poblacionales no lo han asimilado ni entendido adecuadamente.
Odebretch y Punta Catalina simbolizan un golpe mortal a los fundamentos de la institucionalidad liberal democrática en el país. Ese crimen político tiene que ser ampliamente explicado a la gente, y eso no lo hará el PLD, y no podrá hacerlo, sin ayuda, el Movimiento Verde…pero la oposición política veterana y formalizada…!sí puede!.