El Plan Estratégico de Santiago es la Agenda Oficial de Santiago aprobada por Ordenanza Municipal del Concejo de 41 Regidores del Ayuntamiento. Es la herramienta de trabajo principal del Consejo para el Desarrollo (CDES). La institución de las instituciones que está formada por 72 munícipes y organizaciones públicas y privadas. Con la membresía de las organizaciones más comunitarias de base hasta los más encumbrados organismos del poder político y el sector privado.
El Plan Estratégico de Santiago nunca ha sido sólo una oficina en el edificio empresarial. Tampoco una entidad con fondos privados depositados en una cuenta bancaria para poner en operación proyectos de desarrollo. Lejos están los que suponen que es una estrategia de resiliencia de protagonismos personales. Igualmente, están errados los que suponen que es sólo un bonito libro con muchas imágenes satelitales, gráficas, cartografías y buenas fotografías. También fallan los que piensan que es una lista de proyectos para demandar a los gobiernos que cumplan con su trabajo.
En cambio, el Plan Estratégico sí es un ejercicio de ciudadanía responsable. Una gestión inteligente de consenso y disenso de las fuerzas vivas. Un compromiso ciudadano. La concurrencia de aliados y opositores que mancomunadamente trabajan por aquello que los une. Un auténtico pacto local a favor de inclusión social, gobernabilidad, gobernanza, creación y distribución de la riqueza, defensa de los más excluidos y creativa participación social por la calidad de vida.
Roberto Capote Mir profesor de planificación y jefe de gestión social de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Washington, decía “el mejor plan del mundo fracasa si no hay concertación y control de lo acordado, porque lo que no se controla, no se cumple”.
También Capote Mir repetía “miren bien cómo ustedes acuerdan un plan estratégico, porque no es una herramienta para poner de acuerdo a todo el mundo, si no para hacer concurrir los actores estratégicos de un territorio. Estos deben conocer muy bien de lo que se trata, porque lo más difícil es poner de acuerdo a dos grupos de personas torpes, y mucho peor, a los inteligentes y los torpes. La planificación estratégica socio-territorial sólo acontece exitosamente entre grupos con buena inteligencia social.
Muchos no saben que la planificación estratégica territorial se diferencia de la planificación normativa. La normativa es la planificación lineal. Aquella que se hace por pasos graduales, con objetivos, propósitos y condicionantes. La planificación normativa se basa en proyección lineal de tendencias. Formula propósitos, objetivos, actividades y tareas calendarizadas, sobre todo supone que para que se cumpla cada actividad debiera tener claramente asignada una partida presupuestaria. En esta planificación, la norma se superpone al plan.
La mayoría de los estudiosos del tema indican que la planificación normativa genera una discontinuidad entre el futuro deseado y la historia que se pretende cambiar, pues el futuro más que un sueño compartido por toda una sociedad, se proyecta como un acto mecánico de un aparato del Estado, gobierno concreto o grupo social o empresarial.
En la década de los años 80 del siglo XX, la planificación estratégica cambió de paradigma. Carlos Matus fue su principal promotor pero no le alcanzó el tiempo y las condiciones políticas para ponerla en práctica. Como ministro de economía de Salvador Allende, fue destituido, encarcelado y perseguido por los militares.
Tuvo que surgir la concreción estratégica de Barcelona (1988-1992) para que se generara un verdadero laboratorio social que catapultó esta metodología por toda Latinoamérica. Cataluña culminó con el primer Plan Estratégico de Barcelona. Santiago, sería cofundador en 1993 del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), por las gestiones de la PUCMM y Ayuntamiento. Lo mismo aconteció con la ciudad de San Francisco California, USA.
Entonces de qué se trata la planificación estratégica. Se trata de juntar la direccionalidad y la planificación. De apoderarse de un supuesto que conduce a la admisión consciente de que el Estado y su administración aislada no pueden lograr el desarrollo, por lo que requieren una alianza estratégica con las sociedades que el Estado pretende dirigir. La planificación estratégica es vincular el corto y el mediano plazo, para que las acciones de hoy concurran con las de mañana, creando redes, sistemas y regímenes de actuación continua, concurrente y colectiva, entre el Estado y la sociedad. Entre las asociaciones civiles y la Alcaldía y también del gobierno nacional y la sociedad.
La planificación estratégica por ser “estratégica” no puede pertenecer a ningún sector. Es un error afirmar “ese plan estratégico es de la sociedad civil, aquel de los empresarios y este otro es el plan estratégico del Ayuntamiento. Si es estratégico es porque suma y multiplica un concierto de voluntades. Se sabe que planificar estratégicamente es importantizar la construcción colectiva del futuro soñado, deseado y anhelado por todas y todos. Es promover cohesión social, concertación política y articulación social. Es asegurar la mayor racionalidad en el uso de los recursos dado que cada actor estratégico se compromete con un nivel de intervención.
Es aprovechar las escasas oportunidades para vencer, como decía Matus, la resistencia activa e incierta de los permanentes pesimistas y opositores, aprovechando las fortalezas y las contribuciones de los aliados para impulsar el desarrollo. La planificación estratégica conduce a la ciudadanía de cualquier territorio a pactar con sus gobernantes locales. A concertar programas de gobernabilidad, cultura, salud, educación, justicia, uso de suelo, medio ambiente y economía. En especial concretar una visión de para que la ciudadanía ejercite su capacidad de autogestión.
Santiago de los Caballeros es el primer municipio de América que será honrado por su ciudadanía y sus autoridades locales con el aporte de un Tercer III Plan Estratégico Socio-territorial en el siglo XXI. Ese es un signo alentador que debe concitar el apoyo de todos los sectores y agencias del país. Un espejo en el que se pueden mirar las 32 provincias y los 158 municipios del país.