Caía la tarde de un caluroso verano caraqueño, cuando el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, dirigía un discurso en un acto para celebrar los 81 años de la Guardia Bolivariana , y justo en el instante en que pedía apoyo para el censo automotor , comenzado a principio de semana y que tanto rechazo ha generado entre opositores y transportistas, dos drones con objetos explosivos explotaban en el aire, sobresaltando a la primera dama Cilia Flores, que enfundada en un taller que quiso ser Chanel , escuchaba a su marido .
Horas después, Maduro, califico el incidente de atentado, culpando especialmente al presidente saliente de Colombia Juan Manuel Santos, la reacción del gobierno colombiano, no se hizo esperar, calificando dicha acusación de “carecer de base” Y que “Santos estaba muy ocupado con el bautizo de su nieta”.
En su discurso que duro unos 35 minutos Maduro destaco que, “han sido capturados partes de las evidencias (…) solicitaremos los responsables que viven en EEUU”. Mientras el Fiscal General de Venezuela Tarek William Saab, contesto molesto al periodista de CNN, que insistía en conocer sobre cuáles eran los indicios de la participación del presidente Santos. Al final dijo “ hay siete heridos” y “ tres fiscales nacionales investigando, daremos detalles de los culpables el lunes(..) Pero ya hay varios detenidos declarando y aportando detalles”.
Desde siempre el chavismo, nos tiene acostumbrado a una especie de sorpresas mediáticas, algo que Maduro ha realizado con disciplina, cada cierto tiempo surge un evento, una cortina de humo, que se construye y se superpone, ocupando la prensa internacional, en torno a la Revolución Bolivariana. La ultima había sido los tres ceros que quito a la desvaluada moneda local, tras el informe del Banco Mundial en torno a la millonaria inflación que se espera .
Esta vez es el intento de “magnicidio” contra Nicolás, lo que ha generado ciertas suspicacias a nivel de la prensa internacional, que ha tildado de “supuesto y confuso atentado”. Una vez más se acusa a Santos, los EE UU y a la oligarquía venezolana asociada con los colombianos (culpables del robo del combustible) y los financieros venezolanos residenciados en Miami.
El supuesto atentado, coincide con el censo de vehículos automotores iniciado esta semana, medida absolutamente impopular, dentro de los movimientos de oposición y de los delicados gremios transportistas, que han llamado a huelga y a ejercer el derecho de desobediencia. Ya que se vincularan los vehículos al ‘carne de la patria’ para controlar el suministro de gasolina. Lo que el líder opositor Henrique Capriles del partido Primero Justicia considera, “un mecanismo más para controlar a la gente.” Y el suministro de gasolina.
El evento coincide además, a nivel internacional, con la crisis de Nicaragua, que tiene al régimen de Daniel Ortega sumergido en las protestas desde el mes de abril. Lo que podría generar un efecto contagioso en la región latinoamericana, donde el uso desmedido del poder, la corrupción y el autoritarismo a ultranza tienen a ciertos gobiernos acorralados y amenazados con la ingobernabilidad.
Maduro quien dice “Trataron de matarme”, pero gracias a que tiene “mucha protección de Dios, Jesús y la virgen de la Chiquinquira” no pudieron con él. Aprovechó la alocución para recordar que si le llegara a pasar algo la situación de Venezuela sería muy difícil, porque “solo el garantiza la paz”.
Muchos son lo que observan con reserva- dentro y fuera de Venezuela- el “atentado” como el Frente Amplio que cree se trata de una maniobra, para atacar la oposición agudizando la represión y desviando la atención sobre el verdadero problema del país, que es la crisis humanitaria y la terrible crisis económica.
Uno no puede más que preguntarse, si un dron podría acabar con Maduro. Tras tanta seguridad que le garantizan sus aliados, y con el liderazgo de oposición en la cárcel y en el exilio. Lo que si no deja de ser paradójico es observar como un dron puso a correr el ejército bolivariano en plena celebración del aniversario de su creación.