(A José Chez Checo, fervoroso heraldo clerical que persiste en negar que “Duarte tuvo problemas con la Iglesia Católica o esta con el patricio,” refutando así a su colega Pérez Memén, afirmando que todo es un invento nuestro. Ver: http://guidoriggio.blogspot.com/2015/04/chez-checo-o-el-fervor-catolico-de-un.html

El contexto

En sus orígenes, como otras repúblicas, la Dominicana se vio envuelta en constantes enfrentamientos ideológicos entre sectores conservadores y liberales que buscaban imponer sus intereses políticos y económicos sobre sus contrarios.

Nuestra Nación surgía en el marco de un escenario mundial convulsionado donde la ideología liberal y democrática que promovía la masonería mundial se enfrentaba al pensamiento absolutista y dictatorial del “antiguo régimen”, el mismo pensamiento político que le imponía la Iglesia católica a sus súbditos en sus Estados Pontificios y al mundo, hasta hoy, todavía el más conservador y absoluto entre todos los Estados.

Como era de esperarse, los conservadores criollos se vieron liderados por una Iglesia “afrancesada” y anexionista” que se mostraba temerosa, amenazada por patriotas masones liberales trinitarios que buscaban desplazarlos y fundar la República laica y democrática que les inspiraba la Revolución Francesa, la anticlerical, a la usanza de la época. De ganar los trinitarios, su pretensión de ser asumida por el nuevo Estado como su religión oficial se encontraba en peligro. (Ver: “La Historia al revés”, de nuestra autoría)

En ese estonces la Iglesia se dedicó en cuerpo y alma a impedir que los trinitarios duartianos llegasen a derrotar a Santana y proceder a proclamar una Constitución liberal que se negara a asumirla como la religión oficial del Estado, despojadas de sus propiedades, sin privilegios. Ciertamente, la Iglesia se mostraba temerosa de que un nuevo orden duartiano liberal y masón la mantuviese marginada y apartada del poder, como parasitaria al fin, su fuente de permanencia y progreso. (Ver http://guidoriggio.blogspot.com/2015/03/ir-al-link-para-ver-video-de-la.html   

Sobre cómo la Iglesia inclinó la balanza a favor de Santana mediante un letal manifiesto político disfrazado de Carta Pastoral (1844)

Veamos cómo el historiador Fernando Pérez Memén (refutando a Chez Checo) nos revela cómo la Iglesia accionó para deshacerse de sus adversarios, de Duarte y sus trinitarios, inclinando la balanza a su favor en nombre de un Dios que desde el púlpito sagrado, según dijo el clero, se declaraba a favor de su aliado Santana. Citemos al historiador:

“Una semana antes del golpe de Estado de Santana, el Arzobispo destituyó de la parroquia de La Vega a Espinosa, al parecer por estar seriamente comprometido con los duartistas. Y para ello comisionó al sacerdote prolago Días de Peña. El cura de esta ciudad rehusó aceptar el mandato del mitrado y se mantuvo en aquella iglesia con apoyo de la autoridad civil de la localidad.”…“Desalojados los trinitarios del poder, por el golpe de Estado del 16 [13?] de julio de 1844, Santana asumió el mando. El Arzobispo electo Portes e Infante se apresuró a apoyar al nuevo régimen. La Junta Central Gubernativa, bajo la presidencia del referido caudillo, publicó un manifiesto por el que justificaba el levantamiento contra el gobierno anterior, y la persecución de los trinitarios, a quienes acusaba de ambiciosos, de querer engrandecer a Duarte ‘cuyos servicios a la patria, ni es hombre que puede salvarla de ningún peligro’ desaprobaba la actitud de los pueblos del Cibao por proclamar de un modo “tumultorio” (sic) sin forma legal a Duarte presidente. Muestra del apoyo del distinguido prelado al régimen fue la pastoral que publicó el mismo día del preanalizado documento, en la que señala lo que denomina las atrocidades haitianas, que sufrió el pueblo del Este como un castigo divino, (…) El documento, finalmente, se contrae a su idea central, a saber, mandar a los fieles, bajo la pena de excomunión mayor, a mantenerse en tranquilidad y obedecer los mandatos y órdenes del General de División y Jefe Supremo Santana, como la Junta Central Gubernativa.” . Fin de la cita (Ver: Fernando Pérez Memén “El pensamiento democrático de Duarte y otros temas de historia dominicana y de Haití” (2005), “Iglesia en la Independencia” (Págs. 173 -174)


Por lo que luego, como recompensa a esta Carta Pastoral donde el clero revelaba que Dios le ordenaba al pueblo dominicano apoyar a Santana, la Iglesia fue declarada como la religión oficial del Estado dominicano el 6 de noviembre 1844 en la Constitución de San Cristóbal, derrotando a Duarte y a su “proyecto de Constitución”, el que abogaba por la separación Iglesia – Estado. (1)
http://guidoriggio.blogspot.com/2013/06/excomunion-de-juan-pablo-duarte.html

Sobre la separación Iglesia-Estado: la agenda de Duarte que olvidan los masones

Sin embargo, enquistada ya en poder, en los años subsiguientes la Iglesia se mantuvo vigilante, preocupada por la presencia de incipientes grupos religiosos protestantes y de una masonería poderosa y amenazante que había dejado pendiente en su agenda proclamar una nueva Constitución cargada de propuestas e ideas liberales, las propuestas del abortado “proyecto político de Constitución” de Duarte.

Sin embargo, tanto los masones criollos como los grupos protestantes, hoy han sacado de su agenda común su primigenio propósito histórico, el de separar los asuntos del Estado de los asuntos de la iglesia, para dar a Dios lo de Dios y al César lo del César, quitándole al Estado las cadenas del dogma, lo que le permitiría actuar con libertad, soberanamente, sin las ataduras que le imponía el mundo esa gran potencia extranjera que representaba el papa-monarca y sus Estados Pontificios, a beneficio de todos los sectores, sin tener que atarse y otorgar privilegios a sectores determinados. (Ver: http://guidoriggio.blogspot.com/2015/03/mentiras-sobre-el-proyecto-de.html