El Ministerio de Educación de la República Dominicana publicó la semana pasada los Resultados de la Evaluación Diagnóstica Nacional de Sexto Grado de Primaria 2018.  Estos resultados estremecen a la sociedad dominicana, pues evidencian lo que se vive en el Segundo Ciclo de Educación Primaria; el que, a su vez, refleja lo que se aprende o se desaprende en los grados 4°, 5° y 6°. La Evaluación Diagnóstica Nacional a la que hacemos referencia le está diciendo a la nación que, en el Segundo Ciclo de Educación Primaria, los estudiantes y los profesores comparten un aprendizaje deficitario. De la misma manera, pone en evidencia la débil capacidad del Ministerio de Educación de la República Dominicana para garantizar y sostener una educación de calidad real. El calificativo que le colocamos a la calidad pretende distanciarla del discurso que distrae y emociona a las autoridades educativas y a sectores de la sociedad civil sobre este tema. Se exhibe un lenguaje modernizante en materia educativa, pero esto no aporta para que la calidad se aproxime a la educación pública. Continuamos con una educación pública descalificada. Es una educación privada del derecho a la cualificación de los aprendizajes para los más vulnerables de la sociedad. Al mismo tiempo, vamos dando pequeños pero importantes pasos en el campo de la cultura de la evaluación. Se evalúan los estudiantes y los profesores; también se evalúan los técnicos y directores. ¿Quién, cuándo y cómo se evalúa al Ministerio de Educación? Parece que ha llegado el momento de que este Ministerio sea evaluado. Esta intervención debe tener como foco la recuperación de su misión específica, de su función en la sociedad y en el campo de la educación. Los Resultados de la Evaluación Diagnóstica de Sexto Grado son los que motivan las propuestas que se comparten en este artículo.

La primera propuesta que presentamos para avanzar hacia aprendizajes con significados es evaluar la eficiencia interna del Ministerio de Educación y de su respuesta congruente a las exigencias de su visión y misión institucionales. Los resultados de la Evaluación Diagnóstica Nacional de 6° indican que algo no funciona bien en el Ministerio de Educación. Esta situación requiere atención y acción urgente.

La segunda propuesta prioriza inversión en un proceso de acompañamiento sistemático y situado a la práctica educativa de los docentes. Estos no pueden solos, tampoco. El proceso de acompañamiento permite cercanía efectiva y afectiva en torno a la persona del docente. Este proceso activa capacidades dormidas y les devuelve a los profesores seguridad personal y entusiasmo en la tarea docente. En esta dirección, hay que avanzar del evento al proceso; del reclamo del funcionario a la cercanía educativa, que orienta e impulsa.

La tercera propuesta pone énfasis en la transformación de las condiciones estructurales en las que funcionan centros educativos y profesores de la zona rural y de la zona periurbana. Muchos de los analistas de las cuestiones educativas no han visitado los centros de estas zonas ni han dialogado con profesores y estudiantes. La calidad de los aprendizajes no se improvisa; está mediada por las condiciones socioeconómicas, emocionales y culturales de las familias, de los profesores y de la comunidad en la que se sitúa la experiencia educativa.

La cuarta propuesta ratifica el desarrollo de un plan de formación docente que priorice la articulación entre el desarrollo del ser de la persona del docente y del saber hacer. El docente no es un objeto con el que puedo ensayar teorías y experiencias educativas de la nueva ola. El docente tiene que ser y sentirse sujeto. Desde ahí es desde donde puede dar lo mejor de sí; desde donde ha de responder a los marcos de exigencias de su misión y de su vocación. Vale investigar si el docente ha llegado a la función por los reclamos de su capacidad y su vocación-misión, o por los sagrados deseos de los compañeros del partido político en el que milita. Vale investigar, además, si se encuentra en la función docente mientras espera que la jubilación le llegue más completa. Estos factores afectan la calidad de los aprendizajes de los estudiantes, porque afectan el desempeño docente. Estas circunstancias se sostienen por miedo a perder el voto del compañero o por miedo al conflicto con la ADP. Esta cuarta propuesta tiene un acentuado contenido ético. La ética pasó de moda en diversos ámbitos de la sociedad y de la educación; pero hay otros actores y sectores que la ejercitan y la promueven por el bien social y educativo.

La quinta propuesta centra su atención en la necesidad de liberar la educación dominicana del clientelismo político y de la comercialización educativa. Para ello, se requiere una acción social más orgánica y firme. La sociedad organizada ha de enfrentar el desorden político y educativo generado por legisladores, dirigentes de partidos políticos y corrientes magisteriales de la ADP, la que también requiere una evaluación interna para identificar qué acciones institucionales contribuyen a un aprendizaje con significado en estudiantes y en profesores; y para identificar las que debilitan u obstaculizan los aprendizajes.

La última propuesta aboga por la evaluación de las instituciones formadoras de docentes y de equipos de gestión. Estas instituciones no son ajenas a lo que nos presentan los Resultados de la Evaluación Diagnóstica Nacional de Sexto Grado 2018. Es una evaluación para identificar capacidades, y para cualificar las dimensiones que lo requieran. Abrirse a esta posibilidad es una necesidad y un desafío.