“La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”

Concepto general de la Ley de Conservación de la Energía.

Primer principio de la Termodinámica.

Lo bueno que tiene la física es que estudia lo que es evidente y por eso es muy fácil de entender. Luego, y como todo en la vida, se elaboran conceptos que, a la par que aclaran también enredan el asunto. Por suerte, este no es el caso del, meridiano, primer principio de la termodinámica que dice que la cantidad total de energía, en cualquier sistema aislado, no varía con el tiempo y, más bien,  permanece sin alteración;  aunque ciertamente esta energía puede convertirse en otra forma de energía.

El pasado 14 de febrero, a parte del dichoso Día de San Valentín, se celebró, como cada año, el día de la energía. El objetivo de esta celebración es fomentar la utilización de las energías renovables y a su vez promover la separación entre focos de utilización de la energía y los recursos fósiles. 

Definiciones

Si buscamos una definición genérica de energía, podemos encontrar que muchos manuales la describen como la capacidad de los elementos, cuerpos, sistemas u organismo, para realizar trabajo.

La energía se presenta de varia formas: cinética o potencial (que juntas son energía mecánica), química, eléctrica, interna (que es lo mismo que hablar de la temperatura de los cuerpos), térmica (que es los mismo que decir por transferencia de calor), electromagnética y hasta nuclear.

Todas estas formas de energía nos interesan mucho a los arquitectos, pero lo cierto es que a parte de la generación – que es un tema en el que estamos constantemente trabajando para integrarla, de manera renovable/sostenible a nuestros sistemas u organismos arquitectónicos/urbanísticos – manejamos mucho, muchísimo, el tema de la conservación de la energía en función del confort de nuestros espacios.

Esto quiere decir que muchos de nuestros desvelos y atenciones están motivados por la necesidad de que en un espacio determinado no se pierda calor o frio, no se ventile de más o de menos, etc. etc. etc.

Incluso estas dos formas de ver el tema energético (generación y conservación), plantea por lo menos,  dos formas abordar el asunto. Una, que es la producción, y la otra que es la forma de utilizarla.

Sencillamente creemos que el mejor enfoque es el unitario, es decir, generar de manera sostenible, por medio de fuentes renovables y al mismo tiempo crear mecanismos de conservación y/o ahorro de energía.

Traduciendo esto al cristiano, un edifico que genere, de manera renovable, un montón de energía, no es realmente sostenible si dicha energía luego se pierde por un mal diseño del edificio. De la misma manera que un edificio hermético, al mejor estilo Passivhaus, no nos parece sostenible si además de ser tan masivo, necesita fuentes fósiles de energía para poder existir y su ACV (Análisis de Ciclo de Vida) sea cuestionable.

Evidentemente este enfoque, que es de cajón y nada genial, es el que manejamos casi todos los colegas del gremio que ha decidido derivar su ejercicio hacia la parte de la energía y el confort.

¿Y el edificio, es un organismo vivo como siempre hemos pretendido los arquitectos? La respuesta está en la mentada exergía…Hasta la próxima semana.