El opositor Partido Revolucionario Moderno, que obtuvo la mayor votación en las elecciones de 2016 (26.8%), insufla vida y actualiza en el imaginario social al gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), como si fuese su asesor político y comunicacional estrella. Tanto que el morado llegaría al proceso de 2020 victimizado, con menos carga y mayor probabilidad de quedarse cuatro años más en la casa de Gobierno, si en lo adelante no sufre una fractura mayor, algo improbable si se mira su comportamiento electoral luego de la experiencia que lo sacó de cuajo de Palacio en 2000.
Cada paso de la organización oficialista es viralizado por sus contrarios, de manera directa o a través de sus grupos y líderes mediáticos de presión, abiertos y encubiertos. Paradójico, pero cierto.
Un ejemplo es la reunión celebrada el 27 de octubre de 2018 por el Comité Central del PLD para escoger el modelo de primarias. Fue mucho más cacareada por la oposición, que vaticinó un final catastrófico, al estilo “fiesta de los monos”, y una inevitable división.
Así, se la pusieron en bandeja de plata al peledeismo para que le ganara en la víspera. Y les ganó. La reunión fue relampagueante, transcurrió en paz y no hubo fragmentación.
Observe en el siguiente enlace al presidente del partido morado y precandidato presidencial, Leonel Fernández, en notable proceso de recuperación de su imagen, tras el interminable tsunami de ataques mordaces a su moral, sin concederle ni un solo mérito en su rol de tres veces presidente de la República.
https://www.elcaribe.com.do/2018/10/28/destacado/leonel-dice-acuerdo-del-comite-central-del-pld-es/.
Ahora el discurso de sus adversarios ha girado hacia la justificación del porqué no ocurrió la “tragedia” presagiada. Han calificado de simulación la fotografía donde aparecen con rostros desenfadados el presidente Danilo Medina, la vicepresidente Margarita Cedeño y el propio Fernández, en el contexto de la famosa reunión del CC. Ellos solo han pospuesto el pleito que los dividirá por siempre, han augurado dirigentes perremeistas y otros opositores, incluidos algunos disfrazados de morado que juegan a sus proyectos personales. Otro error. Lotería es lotería.
Suceda o no su nuevo vaticinio, la verdad flota. Con su estrategia basada en una variable que no pueden controlar (la fragmentación del partido oficialista), han perdido tiempo en construir una mayoría y, al parecer, se le ha hecho muy tarde para lograrla a las puertas del año pre-electoral. Encuestas como Gallup-Hoy han revelado que el PLD sería un hueso duro de roer en las próximas elecciones, pese al desgaste de sus 18 años de gobierno y la embestida mediática por los casos de corrupción.
El PRM y sus aliados, así como otras fuerzas emergentes de oposición, urgen de un cambio y un afinamiento en sus estrategias discursivas porque se presentan erráticas, inoportunas y contradictorias.
Ejemplos de desatino discursivo: el políticamente inoportuno discurso de la diputada y vicepresidente del partido verde, Faride Raful, en pleno hemiciclo, rechazando la ley que obliga a leer la Biblia en las escuelas; el repentino enmendado de plana de su posición por parte del excandidato presidencial (2016) y precandidato actual, Luis Abinader; y las amenazas del expresidente y precandidato presidencial Hipólito Mejía, de que encarcelaría a los corruptos del presente Gobierno. https://eloriental.com.do/video-faride-raful-es-un-error-poner-lectura-de-la-biblia-en-las-escuelas-debemos-respetar-los-homosexuales/.
Los resultados nefastos de estos traspiés apenas comienzan a verse en redes sociales y medios convencionales, y podrían ser peores en términos electorales. Se trata de resultados muy predecibles, por tanto, evitables, para quienes –desde la razón– no se excitan ni se desbordan ante la presencia de micrófonos y cámaras.
El grueso de los votantes dominicanos no registra aún suficiente formación como para racionalizar el escabroso discurso de la locuaz licenciada en Derecho, diputada Raful. Tampoco entendería la salida rápida de Abinader para “lavarse las manos” sobre el caso expuesto por su compañera de partido. Mucho menos le haría cosquilla el discurso de Mejía sobre apresamiento de corruptos, salvo que sea para largas jornadas de morbo y memes.
En RD el nivel de apoderamiento colectivo del tema corrupción no es determinante para fines electorales. Si fuese así, muchos no serían diputados, ni senadores, ni jueces, ni empresarios “honorables” porque vivirían despreciados por sus comunidades y nunca serían endiosados por medios de comunicación.
La hablitis aguda y el pulso por lograr notoriedad personal en los medios, podría arruinar cualquier organización política. No basta con hablar mucho y lindo. La planificación de la comunicación se estudia, como Ingeniería, Medicina, Derecho, Economía, Agronomía… Sencillo, claro. Parece, sin embargo, que muchos no lo saben. O no les interesa saberlo, para su desgracia.
Salvo excepciones, los discursos opositores son floridos, ambivalentes, contradictorios e inoportunos, y, hasta ahora, han servido más para propagandear y posicionar a los oficialistas que para fidelizar adeptos. Si ese es el deseo, bienvenido. Alguien gritará en cualquier momento: ¡Negocio del capa perro!