¿En qué resquicio de todo lo perdido quedaron los comités intermedios, nombrados en honor de grande revolucionarios? ¿A qué recóndito espacio del olvido fueron a parar los círculos de estudio que definían los fundamentos de un nuevo modelo de oficio político? ¿Qué brumosa cortina cubrió aquel combativo programa de radio, aquella revista de impecables teorías, aquel periódico de denuncias sin graciosas concesiones? ¿Dónde fue a parar el legado moral de Juan Bosch? Sintetizó todo esto en una última pregunta: ¿Cuándo exactamente murió ese PLD? (Ojalá que Temístocles Montás responda todo esto).