A propósito de altos oficiales multimillonarios, guardias y policías diariamente expuestos a mil tentaciones, sería bueno preguntar, con cierta ingenuidad: 1) Si hay quien certifique la procedencia de sus riquezas; 2) Si, igual que a los funcionarios civiles, se les pide declarar bajo juramento lo que tienen, y 3) Si alguna vez alguno ha sido sometido a la justicia por corrupción (como beneficiario de extorsión, soborno, apropiación ilegal de bienes inmuebles y robo de pruebas de delito, para no ir más lejos). Ahí tiene Danilo Medina otro espacio para hacer lo que nunca se ha hecho.