En calles y corrillos, esto es lo menos que se escucha: ¿Pero es que no se va a callar? ¿Es que ese tipo está loco? ¿Es que no hay quien lo mande a freir tuzas? ¿Es que no se da cuenta de lo mal que cae? ¿Es que definitivamente perdió el juicio? ¿Qué será lo que quiere? ¿No tiene freno en la lengua? ¿Será que no piensa? ¿No se da cuenta de lo desagradable que es? ¿Y va a seguir? ¿No sabe que está haciendo el ridículo? ¿Hasta dónde va a llegar su falta de respeto? ¿Hasta cuándo habrá que aguantarlo? ¿Y qué es lo que este “patriota” se cree?…(Sí, se trata de ése en quien usted piensa).