Para hacer un país, Pedro, se necesita algo más que “un buen pedazo de cielo”. A eso hay que agregar, Pedro Grande, ríos, montañas, mares, palmeras y frutales, tierras llanas para los prodigios, y además una larga familia de animales: unicornios, hidras, megaterios, medusas, hipocampos, pegasos, cerberos, minotauros, sirenas, sátiros, fénices, arpías y centauros, y rayos, relámpagos, truenos, luces y oscuridades. ¿Y qué más decirte, Pedro Padre? Poca cosa: que sólo faltaría un pueblo cargado de esperanzas, orgulloso de tener una palabra propia y un profundo pasado. Entonces, ahora te pregunto: ¿Es un país verdadero aquel que pierde la memoria?