Si yo estuviera en el PRD, lo cual todos sabemos que no es el caso, estaría haciendo a mis dirigentes dos preguntas:

1ro.- Por que razones o motivos el PRD no ha acudido ante todos los organismos e instituciones internacionales a documentar la ingerencia del gobierno del PLD en los asuntos internos del PRD con la expresa finalidad de establecer un partido único y perpetuarse en el poder.

En mi artículo anterior, “YA LA CRISIS NO ES DEL PRD” mostré como la mano del gobierno y sus dineros han llevado de la mano, desde el principio, la llamada crisis del PRD que en realidad no es una crisis del PRD sino una crisis en el PRD por cuanto deriva de la intervención externa más de lo que depende de las  contradicciones internas. Siendo este el caso, el destino del PRD ha dejado de ser un asunto interno del PRD para convertirse en un tema trascendente de la democracia dominicana que el PLD quiere ver anulada a favor de su perpetuación en el poder. Por lo tanto, la agresión legal y política contra el PRD concierne a la vida democrática e institucional del país y por lo tanto se constituye en un atentado a la democracia si es que entendemos que el asesinato político y los actos terroristas no son los únicos tipos de agresión perpetrables contra la democracia.

Sin desmedro del incoamiento de los recursos legales emprendidos por los dirigentes del PRD entiendo perentorio incorporar la gestión internacional porque en última instancia, el problema en el PRD no es legal sino político. El gobierno del PLD insiste en manejar el asunto a través de instancias judiciales que controla e insiste en presentar el caso como un asunto interno cuando la verdad es que ni es interno ni es legal, sino político y muy grave como acto de agresión a la democracia.

Derivado de lo anterior, me parece que los dirigentes del PR deberían acudir a todas las instancias políticas, partidos, entidades, ONG, medios de prensa, académicos y otros a presentar en esos foros la verdadera naturaleza del conflicto que, reitero, no es legal ni un problema interno. Hace rato que la crisis en el PRD nos concierne a todos y yo soy, categóricamente, uno de los que se opondrá con todo lo que tiene a los intentos, numerosos, reiterados y viles del PLD por constituirse en partido único. Lo haré con la misma energía y determinación con que ya una vez me opuse y desafié a Hipólito Mejía en su desgraciada e ilegítima búsqueda de una reelección que no alcanzó y hecho por el cual fui arrestado ilegalmente por organismos de su propio gobierno.

Así pues, esto no se trata del PRD, partido al que no pertenezco ni me interesa pertenecer sino del destino dominicano que si me importa.  Si no entendemos esta simple ecuación estamos contribuyendo a nuestra propia ruina. El PLD es una maquinaria política poderosa y perversa. Los pocos que dentro de ese monstruo sirven como personas y como ciudadanos, no tienen, ni de lejos, el poder necesario ni tampoco la voluntad para imponer un cambio de rumbo y también ellos, en su momento, tendrán que escoger entre la complicidad con la tiranía en ciernes o el ejercicio democrático responsable.

Cada día me pregunto: ¿Y como es posible que no lo vean?