Desconocemos cuántos dominicanos no están inscritos para votar en la demarcación de su residencia actual, pero sospechamos que son muchos, probablemente cientos de miles, a ojo de buen cubero.

Algunos ciudadanos se desplazan a votar al lugar donde están inscritos, sin importar distancia ni tiempo; pero muchas otras personas dejan de votar en algunas o todas las elecciones por el costo envuelto, en tiempo y dinero, al tener que desplazarse para votar lejos de su lugar de residencia. No es necesario gastar mucho, y mucho menos abstenerse de votar, pues solo hay que hacer a tiempo un simple trámite de solicitud de cambio de domicilio en la Junta Electoral. Lo que no se debe es dejar para último minuto.

Con la separación de los comicios municipales de las elecciones presidenciales/congresuales, se agrava la dificultad de cumplir con el deber ciudadano de sufragar dos veces en años electorales, con un probable aumento de la abstención, sobre todo de los que no han actualizado el cambio de domicilio en el registro electoral, y especialmente en los comicios municipales. Sin embargo, nunca hemos observado alguna preocupación de nuestros dirigentes políticos por esta deficiencia de nuestro sistema electoral que debilita la participación ciudadana en la democracia, ni hemos conocido de esfuerzos sostenidos por subsanar este desfase en el registro electoral. En ocasiones, incluso afloran acusaciones de que algunas agrupaciones políticas, usualmente el partido de gobierno y sus aliados, se aprovechan para proveer transporte y dietas a los votantes para incentivar que viajen a sus lugares de sufragio (sospechamos por quién). A lo mejor prefieren aprovechar para fines proselitistas la necesidad que tienen muchos ciudadanos de viajar a su terruño para votar, por no haber efectuado el cambio de domicilio en el registro electoral.

Salvo durante los 120 días antes y 30 días después de las elecciones, el registro electoral permanece abierto para modificar datos de los votantes, incluidos los cambios de domicilio a solicitud de los interesados. Sin embargo, los dominicanos no tenemos costumbre de notificar cambios de residencia al registro y actualizar documentos de identidad y electoral. Décadas después de sacar la primera cédula, mucha gente todavía mantiene la dirección de su inscripción inicial, a pesar de haberse mudado varias veces. Unos por dejadez, otros por la nostalgia del terruño, y muchos porque no saben que su responsabilidad cívica es notificar el cambio de domicilio al registro, sobre todo si la mudanza es a otra demarcación política o al extranjero. En parte, este comportamiento se debe a que no hay consecuencias aparentes en nuestra vida por incumplir con este deber ciudadano, pues un cambio de demarcación no nos afecta impositivamente, ni limita los servicios públicos que recibimos (o no), como sí es el caso en muchas otras naciones. En Estados Unidos, por lo general se considera fraudulento votar en una demarcación donde no se reside (definida por una estancia anual mínima que ronda los 183 días (con excepciones como personal militar y familias, estudiantes, etc.), pues solo los que pertenecen a la comunidad tienen derecho al voto en el condado y el estado correspondientes.

En nuestro medio, las solicitudes de cambio de domicilio a última hora antes de las elecciones despiertan suspicacias sobre su motivación, con o sin fundamentación.  En febrero del 2020, la Junta Central Electoral informó de su decisión de reversar y dejar sin efecto por improcedentes 7,789 solicitudes de cambios de domicilio de municipios y distritos municipales, “en base a denuncias formuladas por algunos partidos políticos”. Los números de cambios de domicilio por municipio son reveladores, y debieron motivar a la reflexión: Barahona en primer lugar con 699 solicitudes denegadas o reversadas, casi el 10% del total, y más que los mucho más populosos Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste, en segundo y tercer lugar, respectivamente. Sin embargo, no deben ser motivo de sospecha los 13 ciudadanos que solicitaron traslados a San Francisco de Macorís, o los 37 municipios con menos de 3 solicitudes de cambio de domicilio canceladas por la Junta Central Electoral en base a su investigación de denuncias partidarias. En República Dominicana no es tipificada como un delito la trashumancia electoral o la acción de inscribir la cédula para votar en un lugar distinto a aquél en el que se reside, pero en Colombia y muchos otros países latinoamericanos, se le denomina fraude en inscripción de cédula y se sanciona con cárcel.

La nota de la Junta Central Electoral no informa sobre el total de solicitudes de cambio de domicilio antes de las elecciones municipales del 2020, ni establece si hubo indicios de dolo en las solicitudes denegadas. El comunicado sí indica que habían expedido algunas cédulas con el cambio de domicilio abortado, al hacer el siguiente llamado: “La Junta Central Electoral hace un llamado a todos los ciudadanos que hicieron cambios de domicilio hacia los municipios antes descritos, y que poseen cédulas de identidad y electoral que indican que votarán en los mismos, a los fines que verifiquen en nuestra página WEB (www.jce.gob.do) el colegio electoral donde podrán ejercer el derecho al voto, que en los casos reversados será el colegio que tenían asignados antes del cambio dejado sin efecto.” No sabemos si algunos de los afectados por esta medida a pocas semanas de las elecciones municipales vieron sus intenciones de votar frustradas, por no conocer el aviso de la JCE a tiempo. El hecho es que hubo varias quejas de votantes desplazados, posiblemente algunos de este grupo.

En todo caso, basado en esta experiencia, urge que la Junta Central Electoral motive a toda la ciudadanía a actualizar sus datos en el registro de votantes mucho antes de la recta final de la próxima campaña electoral, sobre todo con respecto al domicilio, para facilitar a cada ciudadano el sufragio en la comunidad de su residencia. A más de dos años antes del cierre del registro con motivo de las próximas elecciones municipales, un cambio de domicilio no debe suscitar sospechas de trashumancia electoral y, en todo caso, permitiría una depuración detallada del motivo de la solicitud de cambio de domicilio de parte de la Junta Municipal correspondiente.

Todos debemos contribuir a mantener el registro de votantes actualizado: solo los ciudadanos podemos notificar un cambio de domicilio para fines electorales. Es un granito de arena que cada ciudadano puede aportar para el mejor funcionamiento del sistema electoral.