Las gentes que hemos sido coherentes con los valores esenciales de la democracia, los que nos hemos batido por los derechos ciudadanos sin importar el signo político del régimen que los viola, en ninguna de nuestras declaraciones verbales o escritas sobre el tema haitiano hemos desconocido el derecho del Estado dominicano a tener y aplicar sus leyes sobre la cuestión migratoria. Nadie ha dicho que se dé libre entrada a los migrantes haitianos, que estos, una vez en este tienen el derecho a acogerse a esas leyes.
Eso sí, hemos criticado algunas de esas leyes cuando hemos entendido que vulneran derechos y la misma constitución, como fue la infame Ley 168/13, dado a su carácter retroactivo. Nadie favorece la migración indiscriminada, no hay referencia alguna relativa con nuestras posiciones donde se diga tal cosa. Lo único que hemos dicho es que el Estado dominicano debe respetar los derechos humanos elementales, que cesen las manifestaciones de odio y de llamado al linchamiento de algunos de nosotros a través de volantes, lo cual nos recuerda los más oscuros momentos de linchamientos y de holocaustos, y pogroms.
En el caso de las parturientas, nadie ha dicho que el Estado debe asumir las responsabilidades de los gobiernos haitianos para con sus ciudadanos, sólo que la Ley migratoria dice que en NINGUN CASO DEBERA DEPORTARSE UNA EMBARAZADA, sólo que exigimos que el Estado respete sus propias leyes los derechos inalienables de los migrantes, independientemente de su país de origen.
He leído detenidamente la absurdamente cascareada declaración de la CIDH, y en ninguna parte he visito nada que merezca los irracionales calificativos que se endilgan a esa declaración. Sí he leído una serie de consideraciones sobre derechos humanos referidas a las mujeres, los niños (y los negros, agrego) que son las franjas más vulnerables de la población, instando a los gobiernos que protejan sus derechos. Además de muchas otras referencias de defensa de los derechos humanos no escritas específicamente sobre el caso de las parturientas, las cuales, en su momento, fueron signados por los estados miembros de la OEA, incluyendo el dominicano.
Si ser de izquierda entraña una posición ética y de principio de solidaridad, con respecto a las injusticias que sufren los débiles, los que percibimos la vida desde esa perspectiva o al menos aspiramos a eso… la defensa de los derechos de los migrantes haitianos es una posición que debe asumir todo aquel que se considere de izquierda. No una pose. Solo una expresión de coherencia.
Por Dios, ¿cómo, es que vamos a decir lo que decimos sobre ese tema, sin que se nos denigre y publiquen volantes con fotos de muchos de nosotros incitando a las multitudes alienadas que nos linchen?