El jefe de la policía mete la pata, dice un disparate y en seguida salen a crucificarlo. Algunos, amigos míos, reclaman su destitución y yo pienso que estamos locos o nos estamos haciendo los locos. ¿Donde coño están los pecados, los delitos, la corrupción del jefe de la policía para urgir y/o reclamar su destitución?
Si alguien dice una estupidez como la dijo el, o simplemente se aleja de lo políticamente correcto ¿hay que crucificarlo?
Todo el mundo quiere juzgar, absolver o condenar. Con mas frecuencia lo uno que lo otro. Igual le hacen al Presidente Abinader. A mi por ejemplo, Yayo Lovaton me tiene hasta donde cada cual sabe publicando notas de prensa múltiples al día para hablar mierda. Sin embargo, nunca he pedido su cancelación. Tengo que vivir con ese disparate suyo pero el tipo, tengo entendido, lo esta haciendo bien o al menos tratando de hacerlo.
Hay otros funcionarios que no saben callarse la boca, no entienden quien es el protagonista, no se percatan del momento ni de las circunstancias. Igual sucede con la sociedad civil y muchos de los que en su nombre escribimos.
El Presidente Abinader ha tomado decisiones con las cuales estoy en profundo e irrevocable desacuerdo, pero no puedo juzgar su gestión solamente por lo que no me gusta. Hay funcionarios cuya presencia en el gobierno ofende a ese mismo Presidente y no los ha destituido. Es mas fácil decirlo que hacerlo pero no puedo ponerme a denostar a un Presidente que, por primera vez en mi larga vida, ha respetado el ministerio público y ya tenemos dos instituciones en las cuales confiar incluyendo a la Cámara de Cuentas. Abinader no es comunista como lo he sido yo. Nunca fue socialista ni dijo que acabaría con el capitalismo. El mismo es un hombre rico y capitalista. ¿Que pedí desde el primer día? Decencia. Y en lo fundamental sigue siendo un tipo decente aunque a su lado haya crápula y mas de 40 ladrones como los de Ali Babá. Y ¿Cómo deshacerse de esa crápula? Ya quisiera yo y de hecho espero que lo haga, pero coño, hay que ver el hombre y sus circunstancias.
Habló de una reforma fiscal. Le demostramos que sería criminal y catastrófico. La echó para atrás. Ahora andan estos carajitos que presumen de modernos por privatizar Punta Catalina y demás plantas y presas. Ese es otro maldito disparate. Hay que plantarse, enfrentar esa vaina y generar el nivel de repudio para que el propio Presidente lo entienda y le de para atrás a esa insensatez.
Hay que hablarle al presidente, porque el legado es suyo. Nuestros empresarios no conocen otra conducta que la avaricia, el fraude y la depredación y estos carajitos ya ni modernos son porque la privatización y el neoliberalismo han sido política, económica, social e históricamente derrotados en la ultima década. Además eso no se propuso ni prometió en campaña
¿Vamos a crucificar al presidente, a decirle vendido, canalla y 20 improperios más? El es un hombre de derechas, moderado, capitalista y tratando de quedar bien en el maldito tollo que dejó el PLD.
Por Dios, dejémonos de vainas.