Bien atrás, los políticos conquistaban simpatías visitando a la gente en pueblos y barrios,  hablándole cara a cara, tomándose el cafecito, saludando a la vieja y preguntando por el compadre. Mon, Horacio, Trujillo y otros sustentaban sus campañas con el “cara a cara”, que Peña Gómez (al más auténtico líder popular que haya tenido este país) practicó de Ciudad Nueva a Las Cañitas, de Nisibón a Bánica….Hoy, estos sólo hacen declaracionismo de prensa y caravaneos rutinarios, aquí y allá, a veces con la misma gente. (En este ejercicio aberrante han olvidado que la política es oficio humano que se hace con la gente).