La muy posible ingobernabilidad en EE.UU.

Nueva York.-Los Estados Unidos nunca antes estuvo más dividido que en esta campaña electoral cuyo ganador, no importa quien sea, será investigado por los congresistas del partido contrario. Lo único que se vislumbra más o menos seguro es que los republicanos retendrán control del Senado y los demócratas pueden pasar a controlar la Cámara de Representantes.

Eso asegura que cada bando tendrá un instrumento congresional para hostigar al contrario, dificultando que puedan ponerse de acuerdo para trabajar y  garantizar un mínimo de gobernabilidad.

Ningún bando reconocerá el triunfo del otro como legítimo.

Los insufribles candidatos, el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton,  intercambiaron más bajezas y asquerosidades que ningún candidato anterior.

Cualquiera que gane, además, tendrá una horrible relación con el director del FBI James Comey, Trump lo acusó de ser parte del “fraude electoral”. Clinton dijo que las decisiones de Comey son “profundamente problemáticas”.

Esta campaña electoral dejó una division entre el Departamento de Justicia y el FBI, la nación está dividida por color, género, educación y en cualquier categoría que se pueda escoger. Tanto es la division, que a los fanatizados seguidores de ambos candidatos nada les importó lo que ellos dijeran o hicieran.

Reconciliar estos grupos para que la nación más ponderosa del mundo pueda seguir funcionando como hasta ahora es el principal de todos los desafíos que plantean estas elecciones.  Los líderes religiosos, que tradicionalmente están llamados a reconciliar la nación tampoco pueden, porque todos han tomado partido.

El revetrendo Louis Farrakan, de The Nation of Islam, una organización politico-religiosa negra, define la situación de una forma muy patética “Satanás está dividido en contra de si mismo”, asegura el líder musulmán.

Quien ganará las elecciones, extrañamente, ya no es tan importante como lo será quién reconciliará éstos grupos en pugna, para garantizar un clima de gobernabilidad y coexistencia pacífica.

Que Gane el Peor

La expression “es mejor el malo conocido que el bueno por conocer”, fue producida, financiada y distribuida por “el malo conocido”.  Ese razonamiento tine a millones de mujeres atrapadas en relaciones abusivas, prefieren quedare con “el malo conocido” antes de tomar el riesgo de cambiar e irse con el “bueno por conocer”.

“El me da golpes” dicen algunas mujeres, “pero siempre paga la renta” (sección 8) “y nunca me falta la comida” (los cupones).  Así las cosas, dejar “lo seguro” produce un miedo terrible en muchos votantes.

Un triunfo Trump, “el bueno por conocer”,  sería una derrota para la clase política unida en su contra. Un triunfo de Clinton, “la mala conocida” dejaría al estamento politico intacto, sería mucho “más de lo mismo”.

Nunca antes el estamento político completo se unió para apoyar a un candidato. Hoy repubicanos y demócratas están unificados contra Trump.

Las elecciones se reducen a dos opciones: votaremos por cambio, que propone Trump, o votaremos movidos por el miedo que promueve el estamento político.

Si algo está bien claro es que el estamento político completo esta corrompido y en bancarrota absoluta. La prueba es que Trump, un neófito sin experiencia política, los tiene a todos extremadamente asustados, porque desnudó la componendocracia con la que ellos sustituyeron nuestra democracia.

Unidos contra Trump, intentan transmitirle al electorado el miedo que ellos sienten, porque finalmente el país se cansó de “mas de lo mismo” y reclama nuevos liderazgos, nuevas propuestas, nuevos caminos

Bill Clinton eliminó las regulaciones bancarias y siguió la crisis inmobiliaria y el colapso financiero. George W. Bush invadió Irak y destruyó la estabilidad del Medio Oriente; Barack Obama y Hillary terminaron de destruir la estabilidad que quedaba en Siria, Libia y Yemén.

La reforma sanitaria de Obama vino de The Heritage Foundation, una organizacion derechista y Obama deportó mas de 2.5 millones de indocumentados, ese es un récord nacional.

Políticas de Clinton, Bush y Obama, destruyeron la estabilidad económica interna y la estabilidad política del Medio Oriente. Ellos dividieron la nación racialmente, deportaron más que nadie, y ahora aseguran que “Trump es un peligro mundial”.

Los Latinos Decidirán

El camino a los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia está trazado en varios estados que todavía no deciden por quién votar, entre ellos Pennsylvania, Florida, Ohio, Carolina del Norte y New Hampshire.

En el resto del país está decidido. Los blancos menos educados votarán por Trump y las mujeres por Clinton, los negros no están acudiendo a las urnas como esperaba Clinton.

Los latinos votaron mayoritariamente por Clinton, Bush y Obama, todos prometieron reforma migratoria, ninguno cumplió, pero vuelven a buscar los votos con la misma vieja promesa incumplida.

Y la mayoría latina parece favorecer a Clinton, aunque el crucial estado de Florida tiene una situación particularmente interesante. Florida tiene  millones de latinos evangélicos, un extraño bloque electoral, quieren la reforma migratoria, pero rechazan el matrimonio homosexual y el aborto.

Clinton representa todo lo que anda absolutamente mal en el sistema político estadounidense. Trump es un producto directo de todas las diabluras que hizo la clase política, ellos lo saben, por eso le temen e intentan transmitirnos sus miedos. “No hay peor cuña que la del propio palo”, dice el dicho.

Es la primera vez que una mujer está tan cerca de ser presidenta, y que un empresario sin experiencia política está tan cerca de ser presidente. Nunca antes el país ha tenido que escoger entre dos candidatos tan insufribles y despreciables.

Tan despreciables son los candidatos que el fin de semana antes de las elecciones del 2012, el 94 por ciento de los votantes había decidido por quien votaría.  El fin de semana pasado solo el 87 por ciento de los votantes había decidido por quien votaría. Se anticipa una alta abstención, como resultado directo de la altísima tasa de rechazo de ambos candidatos.

Trump y Clinton pueden terminar empatados, son igualmente despreciables. En ese caso la Cámara de Representantes tendrá que tomar el voto decisivo, los republicanos controlan esa cámara.

Siempre elegimos a los mejores candidatos, y terminamos con los peores gobernantes, quizá esta vez, escogiendo entre dos candidatos absolutamente insufribles, podamos finalmente tener un buen gobernante.

Soñar no cuesta nada.